18 julio 2015

CON LOS OJOS ABIERTOS (III)


Días sin sentarme frente al teclado, hace que se acumulen experiencias en la vida y en el corazón. Toda esta semana ha sido una semana rica de ENCUENTROS, encuentros casuales, sabiendo que "no entiendo nada como casual" sino que todo ocurre por "algo" y nos aporta un para qué.  Siempre me ha gustado más decir: para qué sucede esto, que por qué sucede esto... 
La primera me da respuesta, me ofrece oportunidad de buscar, de responder, de aceptar, de superarme. La segunda me deja "enganchada" habitualmente en la queja y el negativismo, en la culpa y la parálisis, me anula y bloquea. 

Me gusta saber que esto... lo que sea, cada encuentro sucede en mi vida PARA...

Para estar ATENTA
Para DESPERTARME de la inercia, de la pereza, de la desgana... ¿quizá?
Para SERVIR
Para ALABAR
Para RECONOCER
Para AGRADECER...

Podría seguir añadiendo infinidad de verbos... y de adjetivos que acompañan al sentimiento que me inunda en los encuentros con la gente, ante la vida de los otros, ante la lectura pausada, ante el paisaje que me acompaña, ante una canción,  ante la Palabra que me azota y me impulsa desde dentro.

Estos días de final de clases en Cáritas, de paseos más pausados en la playa, de visitas "turísticas-religiosas" a la ciudad. Me he ido encontrando con personas, que me han hecho detener el paso, y dejar el reloj a un lado. (qué bien me viene esto de aparcar "mi tiempo", cuántos años sometida al horario, a la hora en punto, esto solo se aprende dejándote... sin prisas...).



El primer Encuentro ha sido con Paquita, mujer ya de una edad que podemos decir mayor, que cada tarde veo paseando en la playa con el rosario en la mano. Ya una tarde me decidí y me acerqué a saludarle. La conversación fluída... me deja sorprendida como siempre "y necesito descalzar las sandalias de mis pies, porque nuevamente PISO TIERRA SAGRADA". Con un tono de voz bajo, me habla de su experiencia al frente de una ONG desde los inicios de los 70, me habla de experiencia de vida comprometida con los necesitados, con los sencillos, me quedo sorprendida de su trayectoria, me cuenta que pertenece a un movimiento de iglesia de oración de intercesión de unos por otros. Y ese es su tiempo en los paseos por la orilla de la playa... ORAR POR LOS DEMÁS.
Me habla de realidades, que no desconozco por las cuales reza... y me invita a participar de algún encuentro de LECTIO DIVINA y de RETIROS y ENCUENTRO DE FORMACIÓN. A lo que accedo y agradezco, quedando con ella para la próxima reunión.

Cada atardecer ya surge espontáneo el encuentro y el diálogo sencillo, profundo con Paquita en la playa.

En la misma orilla se encuentra J. y sus hijos, coincidimos en la ducha al finalizar la tarde, hablamos distendidamente del clima, y de lo bien que se está en la playa... y de ahí surge sin saber cómo un salto amplio en la conversación y contacto con Daniel, hijo de J, un hombre (pues tiene mi edad), la diferencia es que es un chico con Síndrome de Down. Su presencia me hace pararme y detener el reloj, no me importa el tiempo, me habla de sus aficiones al deporte, la natación, el Real Madrid, lamenta la pérdida de Casillas..., este paso detenido me amplía el corazón de qué modo... no sé por qué siempre me he sentido vinculada a la Educación Especial.


Mañana de compras,  de vez en cuando hay que "visitar" la farmacia, llevo mi camiseta de D. Bosco que luzco siempre con orgullo. Entro y el farmacéutico también de mi generación E.G.B., es amable como siempre y no me importa detenerme en la conversación. Nada más verme me saluda por mi nombre y me pregunta cordialmente cómo va todo...

Inevitablemente mira la camiseta, me mira, sonríe y me dice: "mi hija M. Auxiliadora y mi hijo Juan", yo del Oratorio de toda la vida. Y en los dos brota un "orgullo salesiano" que no podemos contener, hablamos de D. Bosco y de su Obra ayer y hoy....

Acabo la consulta y salimos juntos del establecimiento sonriendo y agradeciendo a Don Bosco.


Mañana más libre, visita turística al centro: Siempre visita a San Ignacio, a alguna librería del centro, y hoy aprovecho que hay una "hermandad con las puertas abiertas". ¿coincidencia....casualidad... destino...?

Entro  y lo primero que veo un cuadro de la Virgen de La Paloma de Madrid. Mi sorpresa y emoción es inevitable... recorro la iglesia. Y al final una amiga me indica por señas que vaya hacia la "portería". Llego allí un hombre amabilísimo - José - nos abre unas puertas enormes, y nos muestra los tronos donde se portan los pasos de semana santa. Comenzamos a hablar y el reloj se detiene por  una hora, disfrutando de la imaginería malagueña y las historias que nos cuenta, a la vez que nos muestra algún vídeo de youtube de la salida del paso este año en semana santa:

La Hermandad de  La Paloma



Me habla con orgullo "de su virgen", y con tanto o más fervor también yo le hablo de La Paloma de Madrid. Me cuenta que ambas están hermanadas....
Me despido con un abrazo, salgo con el corazón ensanchado, el vello erizado y alguna lágrima en los ojos... Dando gracia a Dios nuevamente y a María del Camino que me acompaña desde que he llegado a Málaga.



Gén. 9,13

9.«Miren, voy a hacer una alianza con ustedes y con sus descendientes después de ustedes

13.Pongo mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra.








2 comentarios :

begoña guerendiain dijo...

Estará todo por escribir... Pero desde luego no por vivir! Me alegro de sentirte llena de vida!

Anónimo dijo...

Cuánta felicidad!
Gracias por compartirla.
Raquel.