26 abril 2015

EL BUEN PASTOR


Yo soy EL BUEN PASTOR, que conoce a sus ovejas...


Qué bueno saberse conocida y orientada a "pastos de vida".
Ser conocida por el Pastor, y acogiendo la pedagogía del BUEN PASTOR..., que cuida, protege, vela... ACOMPAÑA.


También en ocasiones se me brinda la posibilidad de "acompañar", y ahí descubro como mi vida se ensancha, se despliega, sale lo mejor de mí en el contacto y en la relación con otros.
Quienes, me permiten hacer camino junto a su vida y me ayudan a descubrir otras historias, otras vidas, otros trayectos, que siempre enriquecen mi vida.

Tengo tanto que seguir aprendiendo de las ACTITUDES DEL BUEN PASTOR... 

Me acerco a él y pido me enseñe a respetar a cada persona que pone en mi camino, que me enseñe a tener actitudes de cuidado, paciencia... saber velar y esperar. A buscar los espacios de vida, y de descanso necesarios para cada uno, donde reponer fuerzas.

Que el BUEN PASTOR siga siendo el referente en mi vida de CAMINO y búsqueda.

«El cuarto Domingo de Pascua, éste, llamado ‘Domingo del Buen Pastor’, cada año nos invita a redescubrir, con estupor siempre nuevo, esta definición que Jesús dio de sí mismo, releyéndola a la luz de su pasión, muerte y resurrección.

"El buen pastor da su vida por las ovejas" (Jn 10,11): estas palabras se realizaron plenamente cuando Cristo, obedeciendo libremente a la voluntad del Padre, se inmoló en la cruz. Entonces se vuelve completamente claro qué significa que Él es "el buen pastor": da la vida, ofreció su vida en sacrificio por todos nosotros: por ti, por ti, por ti, por mí ¡por todos. ¡Y por ello es el buen pastor!

Cristo es el pastor verdadero, que realiza el modelo más alto de amor por el rebaño: Él dispone libremente de su propia vida, nadie se la quita (cfr. v. 18), sino que la dona en favor de las ovejas (v 17). En abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como verdadero y único pastor del pueblo: el pastor malo piensa en sí mismo y explota a las ovejas; el pastor bueno piensa en las ovejas y se dona a sí mismo. Al contrario del mercenario, Cristo pastor es una guía que cuida y participa en la vida de su rebaño, no busca otro interés, no tiene otra ambición que la de guiar, alimentar, proteger a sus ovejas. Y todo esto al PRECIOmás alto, el del sacrificio de su propia vida.

En la figura de Jesús, pastor bueno, contemplamos a la Providencia de Dios, su solicitud paterna PARA cada uno de nosotros ¡No nos deja solos! La consecuencia de ESTAcontemplación de Jesús Pastor verdadero y bueno es la exclamación de conmovido estupor que encontramos en la segunda Lectura de la liturgia de hoy: ¡Miren cómo nos amó el Padre! ¡Miren cómo nos amó el Padre! …(1 Jn 3,1). ¡Es verdaderamente un amor sorprendente y misterioso, porque donándonos a Jesús como Pastor que da su vida por nosotros, el Padre nos ha dado lo más grande y precioso que nos podía donar! Es el amor más alto y más puro, porque no está motivado por ninguna necesidad, no está CONDICIONADO por ningún cálculo, no está atraído por ningún interesado deseo de intercambio. Ante ESTE amor de Dios, experimentamos una alegría inmensa y nos abrimos al grato reconocimiento por lo que hemos recibido gratuitamente.

(Palabras del Papa Francisco en su homilía de hoy).