23 diciembre 2015

NACER


El Evangelio nos narra el nacimiento de Jesús de esta manera:

(Lc. 2,1-12)

 1 Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada.

2 Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.

4 Entonces subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David,

5 para ser empadronado con María, su mujer, desposada con él, la que estaba encinta.

6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de dar a luz.

7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

8 Y había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños.

9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.

10 Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo:

11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, unSalvador, que es CRISTO el Señor.

12 Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

                      Tantas imágenes del éxodo que sufren los sirios que están llegando a nuestras fronteras, me han hecho reconocer la actualidad del Evangelio. Fronteras que se convierten en el "no hay posada" actual.
                       Familias con niños, mujeres embarazadas, en camino huyendo de la guerra, de la muerte; pueblos enteros en "salida", sin albergue, tildados de "sospechosos" en más de una ocasión. 

Niños ahogados en las costas... Familias rotas, desesperadas, huyendo de su país tratando de encontrar un LUGAR, un cobijo para ellos...


                     Parece que se hubieran apagado las voces de "ángeles" que hace años entonaban:

 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!".

                     Aunque  sea "costoso" nos mantiene la esperanza, la promesa, el deseo de Dios de restaurar la imagen "rota" del hombre, de la humanidad.

El nacimiento de Jesús, -la Encarnación de Dios, en carne humana, débil, de niño.- Nos hace reconocer "su poder" en medio de la fragilidad, en la debilidad, y la ternura de un recién nacido,"TODONECESITADO".

Ese y no otro es el lenguaje de Dios, el lenguaje del AMOR, que todo lo espera, lo cree, lo perdona, lo disculpa (1ª Cor 13).

A medida que transcurren los años, cada día me rechina más la Navidad de espumillón, luces de colores y música estridente; de centros comerciales y atracones de comidas...

Cada vez, necesito más el silencio, adentrarme en el misterio de un Dios que se hace niño, debilidad, necesidad... Lenguaje que entendemos todos, y que a nadie "nos suele gustar ocupar como lugar".

Dios se hace hombre desde la nobleza del corazón de un niño recién nacido.

Ahí se manifiesta su "poder" en la debilidad, en el "no poder".  

Este año dedicado a LA MISERICORDIA, seamos ACOGIDA, PESEBRE, CASA, MISERICORDIA, para cuántos buscan "refugio"; Traducido en: escucha, atención, compañía, risa, caricia, pan compartido, trabajo digno.

Mi Portal de Belén de este año se ha llenado de:

Estrellas: luces de deseos y esperanzas.

Símbolos de otras culturas: Que mi "casa", mi corazón sea acogida, encuentro, para quién comparte el camino, la vida, el día a día, la tarea, el trabajo...

Recuerdos: de encuentros, de personas, de momentos...

Y siempre LA PALABRA y La Fuente. 

La VIDA y La SED: tantos pozos que me han saciado, tanto "agua" que aportar....

¡¡¡¡  FELIZ NAVIDAD !!!



DEJEMOS 
QUE JESÚS,
 NAZCA 
EN NUESTRO CORAZÓN, 
AUNQUE SEA DE BARRO.