06 abril 2014

PALABRAS...de todo tipo.


PALABRAS

Cuántas palabras salen de mi boca a lo largo del día, de la semana, del mes, del año...
Cuántos silencios hablan tanto como si fueran gritos.
Sólo quiero pararme a veces, para pensar en todo lo que he dicho y lo que he callado, para sentir el enorme tesoro de mi palabra y mi canto, y descubrir todo lo que puedo, quiero y tengo que decir.

PALABRAS QUE A VECES SOBRAN

Hay muchas palabras que serían mejor callar, porque sólo hacen ruido, porque estorban o porque dejan el mundo, y mi mundo, peor que antes que se dijeran. 
 Vacías, son las palabras que hieren sin necesidad; las palabras que insultan sin motivo; las palabras de queja cuando ni siquiera ayudan a desahogarse, sino sólo a agrandar problemas. Vacías son las palabras que digo por quedar bien, sin necesidad; las palabras que enturbian relaciones; las palabras que atacan sin deseo de construir, las palabras que uno dice por el gusto de oírse a sí mismo, no para comunicar algo. No se trata de estar siempre diciendo cosas transcendentes y sublimes. Sería un tostón. Muchas veces basta el charlar, la palabra jovial, la conversación cordial compartiendo lo cotidiano, las anécdotas de la vida.

PALABRAS LLENAS

Con todo, en algunos momentos es importante el expresar lo más hongo y lo más auténtico.
A veces son palabras, y otras silencios llenos de voz. A veces prosa, y otras canto. Son expresiones que, cuando se dicen, construyen algo nuevo y bueno. La expresión de cariño que alguien anhela oír. La broma que suena como agua fresca. La petición de perdón que el orgullo o la vergüenza no llea a paralizar. La palabra de ánimo que ayuda a quien están en un mal momento. La palabra comprometida que afirma lo que uno cree, aunque suponga conflicto o dificultad. El silencio que escucha con verdadero interés. El consejo meditado que busca ante todo el bien del otro.