09 febrero 2009

Salmo 29
"Yo pensaba muy seguro:
"No vacilaré jamás"
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza.
Pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
Y nuevemente, caigo a tus pies...
y me quedo sobrecogida, asombrada...
y tu Palabra, una vez más... ¡me salva!

Y se hace presente en ese gesto de cercanía,
un guiño, una palabra,una carta,
un silencio, una mirada...
una palabra de agradecimiento...
Jesús, bien me conoces y sabes como soy,
sabes de mis luchas, mis dificultades,
y debilidades...
También de mis certezas
y mis fortalezas.
Conoces mi corazón amante, de mujer,
mi capacidad de amar,
mis luchas y mis batallas,
mis derrotas y mis victorias.
A veces, sabes que me "despisto"
y no sé por dónde ando...si voy, o si vengo,
si subo o si bajo,
si voy por una acera, o por otra...
si por una calle, o si me he perdido
en un callejón sin salida...


En estos momentos,
también parece
que te pierdo,que no te siento,
noto fuertemente la ausencia...
y noto la confusión en mí.
De pronto, por que tú quieres,
haces que surja la LUZ,
y me descubres tu presencia...
Y me doy cuenta,
que soy yo la que me pierdo,
y me alejo de Tí...
que Tú sigues haciendo camino conmigo...
y respetas mi libertad, mis idas y venidas...

Por eso hoy, al final de la noche.
¡¡Gracias!! porque hoy me he sentido
rescatada de la nada.
de ir sin dirección,
de haber perdido el rumbo...
Y nuevamente, me recuerdas...
Yo Soy el CAMINO,
LA VERDAD,
LA VIDA.

Si Dios estuviera enamorado de mí,
como una joven mujer,
sería sonrisa, silencio y mirada.
Aliento suave, toque delicado.
Cercanía humilde e intensa.



Si Dios estuviera enamorado de mí,
Pensaría cómo rondarme,
y hacerme llegar sus recuerdos.
Soñaría mil regalos y encuentros.
Desearía que fuera consciente
de cuanto me desea.

Si Dios estuviera enamorado de mí,
utilizaría el universo como parábola.
Como gesto y mensaje,
el viento como abrazo,
la luz como beso,
la noche como sueño,
el agua como efluvio
el aroma como presencia.
La música como declaración.
Si Dios estuviera enamorado de mí,
se ocultaría para ser buscado,
jugaría a enloquecerme aún más,
aparecería en el dolor,
en mi dolor, en su dolor.
Como bálsamo tonificante.

Si Dios estuviera enamorado de mí,
se airaría ante mi indiferecia,
tronaría ante mi traición,
dejaría de mirarme por un tiempo,
cuando yo me olvidara de él.
Pero me tendría siempre presente,
le dolería mucho, y al menor gesto,
se conmovería.
Si Dios estuviera enamorado de mí,
me daría su vida,
me hablaría de mil formas,
me ofrecería su cuerpo,
pondría su tienda junto a mí,
acabaría siempre perdonándome,
me lavaría los pies,
Me curaría mis heridas,
Me diría un "TE QUIERO" infinito.

¡¡ Sí !!, Dios está enamorado de mí...,
También de tí...
¿No lo percibes....?