07 noviembre 2015

LOS SENCILLOS




Evangelio : Marcos 12, 38-44


"En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
- ¡Cuidado con los escribas! 
Les encanta pasearse con amplio ropaje 
y que les hagan reverencias en la plaza,
 buscan los asientos de honor en las sinagogas 
y los primeros puestos en los banquetes;
 y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. 

Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.
 Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas,
 observaba a la gente que iba echando dinero:
 muchos ricos echaban en cantidad;
 se acercó una viuda pobre y echó dos reales. 

Llamando a sus discípulos, les dijo:

 - Os aseguro que esa pobre viuda
 ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. 
Porque los demás han echado de lo que les sobra, 
pero ésta, que pasa necesidad,
 ha echado todo lo que tenía para vivir."

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Resultado de imagen de fano obrerosJesús trata de "graduar" la mirada de los discípulos, para que sepan descubrir y valorar como mira Dios, cual es la mirada del corazón.
Cuántos ejemplos reconocemos a diario de vida sencilla, generosa, oculta, sin apariencia, sin brillo...

Cuántos milagros obra a diario una madre, para que la comida llegue, para hacer felices a los hijos, para acompañar al marido...

Cuántos esfuerzos un padre de familia en paro tiene que hacer para mantenerse "en pie y firme" frente a su familia....

Gestos pequeños que nos HUMANIZAN y que seguimos reconociendo porque están en lo profundo del corazón humano, y cuando los vemos alrededor, nuestro corazón, late, se ensancha, se emociona y nuestra vida y sentimiento de ser persona se engrandece.

Ese es el corazón de Jesús, esa es la mirada de Dios Padre, que observa admirado el gesto de la viuda y hace que Jesús lo ensalce ante los suyos...

Que un seguidor de Jesús no busque los primeros puestos, la apariencia, el lujo, el despilfarro, el poder...


  • Un seguidor de Jesús se identifica con lo pequeño, lo oculto, el servicio, lo cotidiano, lo gratuito...
  • Un obrero, que interrumpe su trabajo en el interior de una casa para ayudar en la calle...
  • Una mujer que ayuda a cargar las bolsas de comida a su vecina y le ofrece su compañía...
  • Un niño que agradece la presencia de un adulto, que valora su esfuerzo, su trabajo su dedicación...
  • Un abuelo que acompaña al nieto al parque...


Esos gestos nos remueven el corazón con la ternura y los gestos de preocupación por el otro, el pequeño, el sencillo, el vulnerable... de un modo cotidiano.

Los que construyen así un mundo más humano, llevan semillas de Dios en su vida.


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LO PEQUEÑO

Hace un par de meses que no me he sentado a escribir y lo noto...

En este tiempo han sucedido situaciones, que nuevamente me hablan de CONFIANZA, CAMINO, BÚSQUEDA, COMPAÑERAS, EVANGELIO...

Ciertamente no ha ocurrido nada nuevo, nada sorprendente, nada relevante... 

Sólo van pasando los días, las semanas,  los meses... y el tiempo se difumina en un abrir y cerrar de ojos. 
Hace unos meses que mi noción del tiempo ha cambiado. Antes la incesante actividad, las sucesión de clases, reuniones, encuentros, actividades... marcaban y determinaban un horario, a veces agotador, en el que el descanso se traducía por un cambio de actividad o de ritmo diferente si era el fin de semana.

Actualmente mi situación laboral hace que disponga "de mucho tiempo" que trato de ordenar, acomodar, organizar para no perderlo.

La actividad y las clases han descendido, el ritmo de vida es más pausado.

Puedo dedicarme a otras actividades, otras tareas que antes las múltiples ocupaciones no me daban tiempo, o reducían el espacio y el tiempo de dedicación.

Entre mis intereses personales siempre ha estado la escritura, la lectura y cuanto tenga que ver con la cultura, me gusta especialmente el arte, la belleza. Pero ante todo disfruto del encuentro con las personas. Siempre y por mi trayectoria profesional he estado en contacto con mucha gente: clases, actividades de pastoral, encuentros juveniles, actividades formativas, convivencias, campamentos...

Ahora puedo disfrutar más de estos encuentros sin estar "presa del reloj", de la hora, de la siguiente clase, reunión o actividad....

Ahora puedo decir de algún modo que estos encuentros les dedico el tiempo y el espacio que deseo en función de mis obligaciones, responsabilidades, intereses...

Suelo acudir a alguna charla, conferencia, exposición que tenga interés y me pueda aportar enriquecimiento personal, algún encuentro, otro modo de ver la realidad que acontece...

Es así como hace poco estuve en la presentación del último libro de Irene Villa y puedo decir, que este encuentro ha marcado un antes y un después. Fue un encuentro cordial cercano, casi íntimo en una conocida librería de Málaga. La verdad me sorprendió porque estábamos alrededor de siete personas en la presentación, lo que dio lugar a un encuentro realmente personal.

A partir de este encuentro, he dado rienda suelta a una de mis grandes aficiones: La Escritura, y tras leer sus libros, me he puesto "manos a la obra", o mejor al boli y al papel, para iniciar un "primer libro".

En él se van desarrollando historias de vidas enlazadas a través de encuentros fortuitos, vidas que se encuentran en la etapa final, que comparten vivienda en una residencia.

Son historias reales, adaptadas... historias que a lo largo de tanto tiempo me han ayudado, me han acompañado.

Vidas de alumnos, de familias, de amigos... Vidas que me han evangelizado y han traducido en gestos pequeños y cotidianos la ESENCIA DEL EVANGELIO.

Vidas que me siguen hablando de HUMANIDAD, traducidas en: AMOR, CARICIA, SERVICIO OCULTO, PASEOS, SILENCIOS, ESCUCHA, COMPARTIR, ACOMPAÑAR, AYUDAR...

Valores presentes en lo más cotidiano y a veces escondido de la vida diaria, que me siguen mostrando la mejor cara de la humanidad.