05 marzo 2009

A veces, Señor, una estrella...,
como las que contaba ABRAHÁM cada noche....,
se ilumina en mi cielo, en mi noche... y me habla de Tí...
De tu Presencia, de tu luz en mi vida...
y me ayuda a recorrer "mi cielo estrellado",
para dar gracias por los momentos
de VIDA Y CRECIMIENTO,
pese a la dureza o dificultad del camino.
Gracias Señor una vez más,
por los momentos de luz,
de "consciencia" que pones en nuestra vida,
para reconocerte...
como MANO SUAVE,
TOQUE DELICADO, acariciando nuestra vida...
aunque a veces ni yo misma lo entienda.


Hoy, Jesús nuevamente
me descubres tu presencia en mi vida
a través de los hermanos,
hermanas y amigas que pones en mi camino.



No me pides el éxito,
sino la fidelidad


No quieres mi "perfección",
sino la CONFIANZA en Tí.








La cuaresma puede convertirse
en un momento de crecimiento y liberación...
si lo que busco es
DEJARME CONVERTIR
Y TRANSFORMAR,
por el Único que puede cambiar
mi corazón desde dentro.

1 comentario :

Anónimo dijo...

Las estrellas son como nosotros, solo que ellas “ya están en el cielo”. No tienen luz propia, la reciben del “Sol”. Son como los espejos que reflejan la luz, pero ellos no son la luz. Sin embargo, están llamadas a ser luz, están llamadas a iluminar, a ser orientadoras de caminos y guía de ellos. Cuando la noche es oscura, más brillan, y todas juntas hacen que “el cielo sea más cercano”. Ellas invitan a soñar, a la ilusión, a la posibilidad que trae el mañana.
Siempre son anuncio, no sólo para Abrahán, con él comienza a ser “famosa” su importancia, hasta llegar al Gran Anuncio: “Hoy os ha nacido el Salvador”, no en vano e una estrella quien guía a los Magos, y en ellos a todos aquellos que buscan. Por eso “una estrella” somos TÚ y YO.
El valor de la Luz que reflejamos es incalculable.