08 noviembre 2010

SIEMPRE EN CAMINO...

Este año el Señor me concedió el regalo, de hacer el CAMINO DE SANTIAGO..., hacer los ejercicios espirituales, en CAMINO...

La experiencia ha sido muy intensa..., quien ha hecho el CAMINO, sabe de lo que hablo... y quién no le invito a hacerlo cuando pueda...

Hoy, leyendo: Ignacio de Loyola, nunca solo (Jose Mª Rodríguez Olaizola sj), me he encontrado con un texto que me ha evocado dar gracias nuevamente, y con "permiso del autor" lo transcribo....:
(...)Ignacio definirá a este grupo como grupo de "Amigos en el Señor". Es una imagen bonita. Porque incluye lo afectivo y lo espiritual. Son amigos, y como tales, se valoran, se quieren, a veces discutirán y otras estrecharán sus lazos. En ocasiones necesitarán del perdón, y siempre de la confianza y el darse una oportunidad más. (...) comparten la fe y una espiritualidad que les ayuda a vivir con un proyecto común, desde ese tronco recio que es su fe viva y la relación con Dios.

(...)En un mundo como el nuestro, de muchas soledades y abundantes incomunicaciones, tal vez es hoy también el evangelio la base firme en la que, como personas, podemos asomarnos unos a otros.

Hay un tipo de amistad así. Que comparte miradas y proyectos. Que perdona, porque se sabe perdonada por el que es mayor. Que comprende la fragilidad y la herida, y valora la fortaleza como talento compartido. Que está hecha de risa y compromiso, de lágrimas desveladas y brazos que apoyan. Una amistad de ternura y firmeza, de sinceridad compasiva, de novedad y rutina, de descanso y tarea, de crisis y renacer. Crece con el tiempo. También pasa por su infancia y por su adolescencia, por su idealismo jovial y por la sabiduría adulta. Se aquieta y se serena, pero sin gastarse. Tiene nombres, cada quien sabe cuáles. Y evoca historias, conversaciones, gestos, encuentros, caminos cruzados y descruzados. Sabe abrazar, pero sin poseer. Sabe acoger, y también deja partir (...)

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