09 febrero 2009


Si Dios estuviera enamorado de mí,
como una joven mujer,
sería sonrisa, silencio y mirada.
Aliento suave, toque delicado.
Cercanía humilde e intensa.



Si Dios estuviera enamorado de mí,
Pensaría cómo rondarme,
y hacerme llegar sus recuerdos.
Soñaría mil regalos y encuentros.
Desearía que fuera consciente
de cuanto me desea.

Si Dios estuviera enamorado de mí,
utilizaría el universo como parábola.
Como gesto y mensaje,
el viento como abrazo,
la luz como beso,
la noche como sueño,
el agua como efluvio
el aroma como presencia.
La música como declaración.
Si Dios estuviera enamorado de mí,
se ocultaría para ser buscado,
jugaría a enloquecerme aún más,
aparecería en el dolor,
en mi dolor, en su dolor.
Como bálsamo tonificante.

Si Dios estuviera enamorado de mí,
se airaría ante mi indiferecia,
tronaría ante mi traición,
dejaría de mirarme por un tiempo,
cuando yo me olvidara de él.
Pero me tendría siempre presente,
le dolería mucho, y al menor gesto,
se conmovería.
Si Dios estuviera enamorado de mí,
me daría su vida,
me hablaría de mil formas,
me ofrecería su cuerpo,
pondría su tienda junto a mí,
acabaría siempre perdonándome,
me lavaría los pies,
Me curaría mis heridas,
Me diría un "TE QUIERO" infinito.

¡¡ Sí !!, Dios está enamorado de mí...,
También de tí...
¿No lo percibes....?

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