15 agosto 2016

MUDANZA de VERANO

Hace años Alejandro Sanz arrasó con todo con su "corazón partío", desbordó el éxito que hasta entonces había tenido.
Unos años después Tontxu escribía también "corazón de mudanza". "Tengo el corazón de mudanza", relataba el estribillo.

Pues bien algo me hace unir hoy estas dos canciones. En mí siempre hay un hilo conductor un una "banda sonora interior" que me anima y me mantiene y como dice mi querido José María Olaizola (@jmolaizola) "que bailemos siempre".

Este preámbulo junto con una imagen, más que una imagen una experiencia.

Desde hace algo más de un año resido en Málaga, me encanta contemplar el mar, pasear por la orilla, escucharlo, no dejo de admirar la grandeza del mar... Me asusta su bravura y me serena su calma....
Pero hay una experiencia que me cuesta expresar, pero da pleno sentido a un dicho popular:"abrirse la tierra bajo mis pies".

Es la sensación que experimento cuando las olas están fuertes, pero sin ser aún peligrosas  vienen y van, y me golpean... pero la sensación de "vértigo" en ese ir y venir me la da el corrimiento de tierra, -literal- que sucede bajo mis pies: La tierra desaparece bajo los pies.

Esa sensación de no tocar tierra, no tener suelo que pisar, sentir que te "vas", que pierdes el equilibrio, que "todo en un momento se tambalea".

Leo hoy en mi Biblia el comentario inicial que introduce al libro de "El Génesis":

"No sé si debo dejar esta casa.
¿Dónde hallare otro apoyo?
Esta mano tan dulce que me sostiene 
me dejará un día.
¿Me incorporaré a una nueva vida?
¿O caeré y desapareceré?
No lo sé.
Quisiera dejar mis juguetes 
(yo tengo añadido a lápiz; criterios, costumbres, comodidades....)
estos rostros, padres, amigos,
que tantos recuerdos me traen.
Lo quisiera.
Pero no sé cómo hacerlo".

Este es el relato (dice la Biblia de una chica de once años), relatando un cambio de etapa en su vida.

Pues bien, el poema está situado al inicio de EL GÉNESIS, el libro "que nos cuenta el origen".

Esto me hace pensar, reflexionar  y lo uno a las canciones...

Cuál es mi "origen", es decir mi centro, mi sentido en la vida....
¿Qué llena - a veces- parte mi corazón?
¿qué me mantiene atenta a lo que sucede "bajo mis pies"? y en ocasiones me puede hacer tomar un nuevo rumbo, poniendo el corazón en mudanza o manteniéndole firme y seguro en los cimientos a los que está enraizado.

Me gusta contemplar. Este tiempo de verano ha sido un momento privilegiado....

Escuchar a mucha gente me ayuda a mantenerme "en vela" como nos dice la Palabra en tantas ocasiones y tantos ejemplos que nos pone Jesús en su Evangelio.

Una y otra vez escuchar la vida, acompañar, atender, compartir la vida con otros, me ayudan a madurar, me ayudan a relativizar, me hacen crecer, me hacen desechar aquello que me impide o estorba.

Escuchando en este tiempo a personas que sufren, a parejas queridas por mí que por diversas situaciones deciden "emprender" diferentes caminos después de años de convivencia, familias que de pronto se ven sorprendidas por "el fantasma del paro".

Una vez más, me hace afirmarme y buscar mis raíces, mis cimientos, donde sostenerme en caso de que pierda "suelo bajo mis pies".

Esto supone ejercicio de discernimiento, silencio, diálogo, búsqueda, confrontación.... pero no por eso dejar de arriesgar, asumir nuevos retos, superar dificultades, ver nuevas posibilidades donde otros quizá vean impedimentos y obstáculos....

El verano me está dejando experiencias de cambio y de fortaleza, de asombro y de superación de miedos y dificultades, que en un momento viví como obstáculo.

Compartir con otros, dejar de "mirarme el ombligo" (más a menudo), escuchar, ver otras realidades, acercarme "al que en principio parece diferente" sin miedo, han hecho que me fortalezca, que camine, que avance. Y hoy sienta que mi vida, a veces experimenta cambios, mudanzas, pero que si me preparo de antemano para ellos, es posible que "salga vencedora de la experiencia".

Hoy desde aquí te invito a tomar papel y boli. 

Y sin miedo:

Escribe tu propio GÉNESIS.
Da gracias por cuánto eres y tienes....

Analiza qué rocas, que suelo hay bajo tus pies....
Qué impedimentos, que "arenas movedizas" hacen que te tambalees...

Descubre que fortalezas hay en tí.... QUE TE SOSTIENE pese a los embites, del viento, del mar, del oleaje..... (piensa que cuando el mar está revuelto por el oleaje... en lo más profundo de él se mantiene la calma).

Que te da FUERZA, te da calma, te mantiene en pie, en paz, con la cabeza y el corazón en equilibrio.

Desde ahí refuerza tus fortaleza, escríbelas, decóralas....recupera la fortaleza que tienes y te hace ser quien eres, ÚNICA, y desde ahí... Lánzate al siguiente paso.

Deja que el oleaje, la mudanza, se lleve y retire lo que te impide caminar.

Y camina como el poeta : "ligera de equipaje", con la mirada fija en el horizonte y el pie firme en el siguiente paso.

Y recuerda:

 SOLO AVANZAMOS AL LEVANTAR UN PIE, 

SIEMPRE DEBEMOS ESTAR EN EQUILIBRIO.


1 comentario :

MaríaN dijo...

¡Qué regalo de imagen! ¡Cuánta verdad se respira aquí!
Rescato algo que me pareció curioso... Dices que la tierra no es firme en la orilla, es como si se abriera a tus pies, no te sientes segura en esa mezcla de agua, sal y arena... Todos buscamos la seguridad. Sin embargo, a esa tierra, le llaman "tierra firme" los marineros. La gente que surca los mares, que navega entre tormentas y oleajes, a esa tierra la conocen como "tierra firme". Nuestra tierra segura se mueve como la orilla a nuestros pies. Y es un ejemplo que la vida nos da para entender que lo más seguro es fluir. Que todo cambia y es bueno, y es hermoso así...