Rincón para el ENCUENTRO, a través de la escritura, la reflexión y el Evangelio. (Jn.21,25)
29 noviembre 2008
27 noviembre 2008
ACERCÁNDONOS AL ADVIENTO
LA ANUNCIACIÓN
María es la mujer de fe que confía en la fidelidad del Dios de la alianza, que cree en el cumplimiento de sus promesas.
María antes que en su seno engendra en su corazón la PALABRA de Dios, revelada en una promesa por el anuncio del ángel.
Creer en la Palabra del Señor, es el fundamento de toda esperanza cristiana, y es la fecundidad del Espíritu. Nos invita, pese a las dificultades a confiar y abrirnos a la promesa de Dios, vivir disponibles a su acción en nuestra vida.
La elección de Dios a María, y también a cada uno de nosotros requiere por nuestra parte: releer nuestra vida en clave de fe, reconociendo en ello la primacía de Dios, y en clave de gratitud porque la fe y todo lo que recibimos es gracia.
Dos palabras claves revelan por voz del ángel la promesa de Dios:
María antes que en su seno engendra en su corazón la PALABRA de Dios, revelada en una promesa por el anuncio del ángel.
Creer en la Palabra del Señor, es el fundamento de toda esperanza cristiana, y es la fecundidad del Espíritu. Nos invita, pese a las dificultades a confiar y abrirnos a la promesa de Dios, vivir disponibles a su acción en nuestra vida.
La elección de Dios a María, y también a cada uno de nosotros requiere por nuestra parte: releer nuestra vida en clave de fe, reconociendo en ello la primacía de Dios, y en clave de gratitud porque la fe y todo lo que recibimos es gracia.
Dos palabras claves revelan por voz del ángel la promesa de Dios:
No temas, lo que supone... arriesgarse a aceptar lo que Dios propone, no verlo como rival, ni como amenaza, sino descubrir su fidelidad a la palabra dada.
Y la segunda: mira a tu prima Isabel. Lo que el ángel propone es reconocer esa fidelidad de Dios que se hace presente, se hace historia, geografía, personas y lugares concretos donde se narra el amor de Dios.
Mirar a Isabel, es saber descubrir en nuestra vida a dónde mirar, a quiénes mirar, para que nuestros ojos no queden cegados por el sin sentido mezquino que nos imponen desde fuera, ahora como luces de colores y adornos... desde eslógans que nos venden una felicidad de baratija....
Y la segunda: mira a tu prima Isabel. Lo que el ángel propone es reconocer esa fidelidad de Dios que se hace presente, se hace historia, geografía, personas y lugares concretos donde se narra el amor de Dios.
Mirar a Isabel, es saber descubrir en nuestra vida a dónde mirar, a quiénes mirar, para que nuestros ojos no queden cegados por el sin sentido mezquino que nos imponen desde fuera, ahora como luces de colores y adornos... desde eslógans que nos venden una felicidad de baratija....
Mirar a Isabel es saber dónde dirigir nuestra mirada con un horizonte claro de esperanza, de vida, de alegría, de ilusión y optimismo... es encontrarnos con rostros y situaciones que son testigos, testimonios de la presencia silenciosa de Dios en nuestras vidas.
Dios, se hace visible, concreto... nunca es anónimo, ni busca anónimos... su plan para cada uno es verificable en personas y acontecimientos que pone en nuestra vida, que nos siguen estimulando a lanzarnos en esta aventura que supone, creer y confiar... que en definitiva nos hace crecer porque alberga la Vida.
Dios, se hace visible, concreto... nunca es anónimo, ni busca anónimos... su plan para cada uno es verificable en personas y acontecimientos que pone en nuestra vida, que nos siguen estimulando a lanzarnos en esta aventura que supone, creer y confiar... que en definitiva nos hace crecer porque alberga la Vida.
26 noviembre 2008
La vocación NO es el camino
de los que han nacido serios y formales.
SI la senda de quienes se han formalizado
SI la senda de quienes se han formalizado
y han tomado en serio la vida.
La vocación NO es el camino
La vocación NO es el camino
de los que han nacido santos.
SI el áspero sendero de los que quieren serlo, aunque saben que hay que luchar
SI el áspero sendero de los que quieren serlo, aunque saben que hay que luchar
todos los días para conseguirlo.
La vocación NO es el camino de los que regatean y miden sus obligaciones para con Dios y los demás.
La vocación NO es el camino de los que regatean y miden sus obligaciones para con Dios y los demás.
SI de los que siguen voluntariamente
los consejos de Jesús.
La vocación NO es el camino de los egoístas que sólo miran hacia sí mismos.
SI de los generosos que en todo momento miran al pobre y comparten.
La vocación NO es el camino de los que quieren hacer un favor a Dios.
SI de los que corresponden agradecidos al inmenso favor
La vocación NO es el camino de los egoístas que sólo miran hacia sí mismos.
SI de los generosos que en todo momento miran al pobre y comparten.
La vocación NO es el camino de los que quieren hacer un favor a Dios.
SI de los que corresponden agradecidos al inmenso favor
que Dios les hace llamándoles a su servicio.
La vocación NO es el camino de los que no valen para el mundo de los negocios.
SI de los que renuncian para dedicarse al único negocio importante:
La vocación NO es el camino de los que no valen para el mundo de los negocios.
SI de los que renuncian para dedicarse al único negocio importante:
la liberación propia y la de los demás.
La vocación NO es el refugio de los que no sienten inclinación al matrimonio.
SI el lugar de los que quieren construir la gran familia de Dios.
La vocación NO es el camino de los que temen.
SI de los que se lanzan ardientemente a comunicar el amor a otros.
La vocación NO es el camino de los autosuficientes y satisfechos.
SI de los pobres y hambrientos de Dios y de entrega generosa.
La vocación NO es el camino de los que confían en sus propias fuerzas.
SI de los que se apoyan constantemente en Dios y en el otro.
La vocación NO es el arte de vivir sin trabajar.
SI la consagración de un abnegado y desinteresado trabajo
SI el lugar de los que quieren construir la gran familia de Dios.
La vocación NO es el camino de los que temen.
SI de los que se lanzan ardientemente a comunicar el amor a otros.
La vocación NO es el camino de los autosuficientes y satisfechos.
SI de los pobres y hambrientos de Dios y de entrega generosa.
La vocación NO es el camino de los que confían en sus propias fuerzas.
SI de los que se apoyan constantemente en Dios y en el otro.
La vocación NO es el arte de vivir sin trabajar.
SI la consagración de un abnegado y desinteresado trabajo
para el bien y la liberación del hermano.
La vocación NO es una retirada vergonzosa, una huida cobarde.
SI el sendero de los que se incorporan a la primera fila del frente del Reino para seguir construyéndolo al estilo de Jesús.
La vocación NO es una retirada vergonzosa, una huida cobarde.
SI el sendero de los que se incorporan a la primera fila del frente del Reino para seguir construyéndolo al estilo de Jesús.
Cuentan que, como siempre, una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres; cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, tan loca como siempre, les propuso: “ ¿Jugamos al escondite?”. La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: “¿al escondite? Y... ¿cómo es eso?”, es un juego –explicó la locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras os escondéis, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de vosotros que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El entusiasmo bailó secundado por la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía a la que nunca le apetecía nada; pero no todos quisieron participar: la verdad no quiso esconderse, para qué si al final la iban a hallar, la soberbia opinó que era un juego muy tonto, pero en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiera sido suya, y la cobardía prefirió no arriesgarse.
“Un, dos, tres,” –comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino, la fe, subió al cielo, y la envidia, se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto; la generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino ideal para la belleza; que si la sombra de un árbol, perfecta para la timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, lo mejor para la libertad... Así que terminó por ocultarse en un rayo de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: ventilado, cómodo, pero eso sí, sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos... ¡mentira!. En realidad se escondió detrás del arco iris, la pasión y el deseo en el centro de los volcanes; el olvido...el olvido se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante; cuando la locura contaba 999.999 el amor no había encontrado todavía sitio para esconderse pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores...
“Un millón”- contó la locura- y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza, solo a tres pasos de la piedra; después escuchó a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la pasión y al deseo los sintió en el vibrar de los volcanes... En un descuido encontró a la envidia y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo; al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas... De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió la belleza; y con la duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse. Así fu hallando a todos: el talento entre la hierba fresca, la angustia en una oscura cueva, la mentira, detrás del arco iris... y hasta al olvido que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite; per sólo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba a punto de darse por vencida divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido en los ojos al amor, la locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, el amor es ciego y la locura lo acompaña.
El entusiasmo bailó secundado por la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía a la que nunca le apetecía nada; pero no todos quisieron participar: la verdad no quiso esconderse, para qué si al final la iban a hallar, la soberbia opinó que era un juego muy tonto, pero en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiera sido suya, y la cobardía prefirió no arriesgarse.
“Un, dos, tres,” –comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino, la fe, subió al cielo, y la envidia, se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto; la generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino ideal para la belleza; que si la sombra de un árbol, perfecta para la timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, lo mejor para la libertad... Así que terminó por ocultarse en un rayo de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: ventilado, cómodo, pero eso sí, sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos... ¡mentira!. En realidad se escondió detrás del arco iris, la pasión y el deseo en el centro de los volcanes; el olvido...el olvido se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante; cuando la locura contaba 999.999 el amor no había encontrado todavía sitio para esconderse pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores...
“Un millón”- contó la locura- y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza, solo a tres pasos de la piedra; después escuchó a la fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la pasión y al deseo los sintió en el vibrar de los volcanes... En un descuido encontró a la envidia y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo; al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas... De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió la belleza; y con la duda resultó más fácil todavía pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse. Así fu hallando a todos: el talento entre la hierba fresca, la angustia en una oscura cueva, la mentira, detrás del arco iris... y hasta al olvido que ya se había olvidado que estaba jugando al escondite; per sólo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba a punto de darse por vencida divisó un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido en los ojos al amor, la locura no sabía qué hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra, el amor es ciego y la locura lo acompaña.
13 noviembre 2008
12 noviembre 2008
Leo estos días en el evangelio, como Dios se desborda en GRATUIDAD. En amor..., en misericordia... en todos los gestos y palabras que Jesús nos va narrando en su vida y convivencia diaria con los que hacen camino con él.
Hoy son los diez leprosos... solo uno volvió agradecido, reconociendo que había sido curado y sanado por el amor y la gratuidad de Jesús....
Jesús nos invita a vivir ya desde ahora, en lo cotidiano los valores del Reino....
Dolores Aleixandre hace un comentario precioso al evangelio de ayer ( siervos inútiles somos....) y al de hoy, poniéndonos en línea con lo GRATUITO, lo que no va a ser valorado ni reconocido diciéndonos:
"Las palabras de Jesús retiran de los hombros de quienes le siguen una carga más pesada que la que llevaron los israelitas en Egipto: la de los propios méritos y pretendidos merecimientos, que desembocan siempre en reproches cuando los otros no los reconocen, o en la amargura de quien siente que no se agradecen bantante sus esfuerzos. Somos siervos inútiles, todo lo que recibamos será de balde. Podemos descansar en Otro cuyo amor es siempre gratuito e inmerecido.
(...) Hay personas que como los nueve leprosos , que piensan que lo merecen todo, que todo les es debido y, si no reciben lo que esperan, se irritan y se quejan. En cambio, quien lo acoge todo como un don y se habitúa a reconocerlo con agradecimiento, va permitiendo al Espíritu concederle la dicha de la limpieza de corazon."
Esta foto me impactó hace años... y me acompaña como signo de AMOR GENEROSO, GRATUITO, SIN ESPERAR NADA... ENTREGANDO LA VIDA... por puro AMOR.. no digo más.
09 noviembre 2008
ESCOJO LA VIDA
Esta mañana enderezo mi espalda,
abro mi rostro, respiro la auroa,
escojo la vida, escojo la vida...
Esta mañana, acojo mis golpes,
acallo mis límites, disuelvo mis miedos,
escojo la vida, escojo la vida...
Esta mañana, miro a los ojos,
abrazo una espalda, doy mi palabra,
escojo la vida...
Esta mañana remanso la paz,
alimento el futuro, comparto alegría,
escojo la vida, escojo la vida...
Esta mañana te busco en la muerte,
te alzo del fango, te cargo tan frágil,
escojo la vida, escojo la vida...
Esta mañana, te escucho en silencio,
te dejo llenarme, te sigo de cerca,
escojo la vida, escojo la vida...
( Del grupo Al-haraca)
HASTA ABRAZARNOS
Cada mañana temprano, me enteré después, salía a buscarte, y tú, mientras tanto, justificando tu regreso.
Eras su hijo, pero no mi hermano. Hasta el novillo cebado había matado para tí. Y yo viviendo en casa, no había podido disfrutarlo... creo que fue entonces cuando empecé a intuir algo:
Cuánto tiempo gastado en argumentar acciones, cuanta vida perdida bajo el temor, qué lejos estabas de imaginar lo que deseaba tu vuelta; ni siquiera yo comprendía lo que llegó a sufrir durante tu ausencia, sabía poco de su corazon...
Desde que tú te fuiste te cerré definitivamente la puerta de casa, confieso que no me importaba tu situación, tenías lo que habías buscado...
Recuerdo tanto aquel día, yo volvía del campo cuando oí la música, y la alegría.
No me lo podía creer, ¡no era justo!.
Me contaron que fue corriendo hacía tí en cuanto te vio aparecer, con el riesgo de haberse caído con lo mayor que está ya, que te cubrió de besos, que no te dejó dar explicaciones.
Y te hizo aparecer hermoso y muy amado a los ojos de todos: el mejor vestido, las sandalias, el anillo... y una fiesta desmedida.
Tú, desbordado por la acogida, sólo sabías llorar, pronunciar su nombre y mirarle a los ojos como nunca lo habías hecho. Creías que te iba a recibir como jornalero y te baña en el gozo del hijo predilecto... ¡qué poco conocíamos su corazón!...
Yo, sin ganas de verte, dolido ante la desmesura, me puse a pedirle cuentas
del por qué de tanta dicha.
Eras su hijo, pero no mi hermano. Hasta el novillo cebado había matado para tí. Y yo viviendo en casa, no había podido disfrutarlo... creo que fue entonces cuando empecé a intuir algo:
"Tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo - me dijo - pero convenía alegrarse ... porque este hermano tuyo estaba perdido y ha sido hallado".
Y me di cuenta, de pronto, de que yo estaba mucho más perdido de lo que habías estado tú, mucho más muerto; ciego para celebrar tu vida recobrada, con el corazón endurecido por el cumplimiento y embotado por la costumbre, cerrado al asombro y al agradecimiento...
Tú habías malgastado lo suyo, pero yo ni siquiera había sido capaz de reconocerlo, sentí tanta necesidad de dejarme perdonar, de salir yo también corriendo hacia él y hacia tí...
Ahora sé que incansablemente, día tras día, con una paciencia inagotable y confiado, EL PADRE aguarda hasta que queramos volver y ésta es su alegría.
*** A veces, bebemos de diferentes fuentes, y luego no sabemos hacer mención.
Esto me ha ocurrido con este relato. Lo recogí aquí hace ya unos años, y hasta hoy no he descubierto a su autora. Hoy leyendo "La voz, el amigo y el fuego", descubro que la autora es Mariola López. y quiero una vez más agradecerle su "palabra" en mi camino. (26.08.2012)
Esto me ha ocurrido con este relato. Lo recogí aquí hace ya unos años, y hasta hoy no he descubierto a su autora. Hoy leyendo "La voz, el amigo y el fuego", descubro que la autora es Mariola López. y quiero una vez más agradecerle su "palabra" en mi camino. (26.08.2012)
06 noviembre 2008
03 noviembre 2008
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