11 octubre 2014

UN ROSTRO...

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El rostro de Malala nos habla de serenidad, de lucha, de firmeza...
Y sus palabras, con tan solo 17 años, sorprenden por su fuerza y su capacidad de denuncia:

"Sin educación, es más fácil manipular".

Malala Yousafzai. Ganadora junto a Kailash Satyarthi, de Nobel de la Paz 2014

Nacida en Míngora, Jaiber Pastunjuá, Pakistán. Su padre es Ziauddin Yousafzai y tiene dos hermanos. Habla pastún e inglés, y es conocida por su activismo a favor de los derechos civiles, especialmente de los derechos de las mujeres en el valle del río Swat, donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a la escuela de las niñas. A la edad de 13 años, Yousafzai alcanzó notoriedad al escribir un blog para la BBC bajo el pseudónimo Gul Makai, explicando su vida bajo el régimen del Tehrik e Taliban Pakistan (TTP) y sus intentos de recuperar el control del valle, luego de que la ocupación militar les obligara a salir a las zonas rurales. Los talibanes obligaron el cierre de las escuelas privadas y se prohibió la educación de las niñas entre 2003 y 2009.

En el 2009 el documental Pérdida de Clases, La muerte de la educación de la mujer (dirigido por Adam Ellick e Irfan Asharaf, del New York Times), muestra a Malala y a su padre, Ziauddin Yousafzai, y cómo la educación de las mujeres es difícil o imposible en esas áreas.

El 10 de octubre del 2014 es condecorada con el Premio Nobel de la Paz simultáneamente con el activista por los derechos de los niños hindú Kailash Satyarthi, Malala es así la ganadora más joven de este premio.-

(información extraída de Wikipedia)

Palabras del P. Adolfo Nicolás desde el Sínodo



Como siempre,  comunicador, sereno, profundo, cercano  y con una amplia invitación a la reflexión.

EN-RED-A-DOS...


El otro día leía un twit, que decía: "al Wahtsapp  le falta la opción: salir del grupo, sin que se note".

Me dije, ¡eso... eso es! 

Últimamente la afluencia, y la influencia de las redes sociales, la intensa comunicación y exposición de la vida en las pantallas, me está saturando. Creo que nunca hemos tenido tantos medios de comunicación como hasta ahora, pero creo que tampoco hemos estado más incomunicados como ahora.

Y me explico. En ocasiones, se viven demasiadas relaciones virtuales, y poca interrelación personal o comunicación profunda. Y también, con tanta palabra (y a mi me gusta hablar, pero MÁS ME GUSTA ESCUCHAR....), voy descubriendo cada vez más, que necesito espacios de SILENCIO, DE REFLEXIÓN, DE PAZ, DE EQUILIBRIO... 

Los que nos dedicamos a la docencia, por razones lógicas estamos todo el día expuestos a la palabra, el encuentro, la comunicación, la relación... y por eso mismo es preciso cultivar y cuidar los tiempos de descanso, silencio, quietud... me atrevo a decir incluso: contemplación. Es decir: vivir, mirar, sentir, escuchar desde
lo más profundo del ser.

Y esto no se da si todo el día estoy "empantallada", "selfiando", "imstagrando", "twiteando", "facebukeando"... Respeto las opciones de todos los que usan estos medios,

El Papa incluso en su exhortación nos habla a los religiosos de  nuestra presencia de evangelización en la red, apoyo desde aquí los diferentes movimientos que han surgido de Evangelización en la red, ese "nuevo continente", y  he colaborado en ello con mis comentarios y mis "retwits".

Pero desde aquí también quiero expresar un deseo y una necesidad. Hacer vacío, espacio de tanta palabra, para poder ofrecer ESPACIOS DE ACOGIDA, SILENCIO, ESCUCHA, VIDA a tanta palabrería, a tanta exposición de vidas sin reflexión...

No me interesa saber que come, de qué se ríe, qué hace "@MariPiliMartínezdeLeganés" o "@PacoelapañaodeZamora" a cada rato...

Ni necesito pertenecer a los grupos de Whatsapp:
"quebiennoslohemospasadoestefindesemana",
"lasguaysdePortugalete",
 "estosquenosacabamosdeconoceramigosdetodalavida".

Solo quiero ser libre en mis relaciones, opciones, palabras, silencios y desconexiones semanales del móvil, sin que "@MariPiliMartínezdeLeganés" me diga... "Vi que te conectaste a las 23,40, y a mi no me contestas..."

Si, "MariPili", "mi amor" hablo con quien quiero, cuando quiero, y cuando no quiero, sin tener que darte explicaciones de mi vida y mis relaciones a cada rato... Y te vendría bien dormir un poco más y no estar "controlándome" (eso sí, virtualmente "porque me quieres y eres mi amiga"(¿?)).

Hasta aquí mi reflexión acerca de las pantallas, no vaya a ser que tengamos un "pantallazo" y sea peor, porque se nos fundan los plomos y se vaya todo al garete. 

Desde aquí reivindico mis espacios de silencio, quietud y relaciones equilibradas, normales y reales...

Como dice un chiste que anda por ahí. "Aquí no tenemos wifi, por tanto hablen entre ustedes".


Gracias, me quedo en "OFF", hasta la siguiente entrada.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
(he tomado esta imagen
de internet, no puedo mencionar al autor,
agradezco su creatividad).

 


            
         (paradojas de la vida, esto lo comunico en un medio virtual).