16 enero 2015

LOS VERBOS DE DIOS...

Canta preciosamente Ricardo Arjona, Jesús es VERBO no sustantivo.
A mi que tanto me gusta jugar con las palabras, y reconocer a Jesús como PALABRA, sobre todo en Juan...

Hoy descubro a JESÚS como VERBO, (no verbo encarnado... cuentan aquel chiste acerca del Catecismo.. quién es Jesús, Jesús es el Verbo encarnado... Y decía el niño, verbo era una acción, y encarnado un color... total, nunca supe quién era Jesús....(¿¡!?) ).

Todos los gestos de Jesús, son acción liberadora, presencia de Dios sanador y salvador, liberador del hombre: de todo hombre, en toda época, de toda condición.

Jesús opta por EL HOMBRE, por LA HUMANIDAD (aquella escena tan preciosa que nos describe Ignacio en los Ejercicios, la Trinidad contemplando el mundo, y en su eternidad expresan HAGAMOS REDENCIÓN...),

Jesús no opta, como tantas veces oímos y decimos por los pobres... OPTA POR LA HUMANIDAD.

A cada uno le trae y le ofrece su LIBERACIÓN, su mensaje de VIDA. Su Proyecto.

Es capaz de VER, DE CONMOVERSE Y DE ACTUAR.

Jesús actúa desde todas sus dimensiones y facultades: Inteligencia, Afecto y Voluntad.

Reconocer, ver, mirar, observar, le llevan a poner en marcha su capacidad de reflexionar. Mueve sus afectos a compasión, a la ternura, a la misericordia. Y este movimiento interior le conduce a actuar, al compromiso, a la acción, al cambio de estructuras, a la denuncia, a la liberación....

Tenemos que dejarnos EDUCAR LA MIRADA POR JESÚS, para poder OBSERVAR, VER, SER MIRADA, PARA MIRAR COMO ÉL MIRA Y ACTUAR COMO ÉL ACTÚA.

Para poder vivir la Mística de ojos abiertos  que dice Benjamín González Buelta.


Mc. 3,1-6 EL HOMBRE DE LA MANO PARALIZADA

1 Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada.
2 Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.
3 Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.»
4 Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
5 Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano.
6 En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.





JESÚS ES VERBO, 
NO SUSTANTIVO





DE LA VIDA SENCILLA

Vida inquieta, frenesí
de la ambición desmedida...
¡Qué mal comprende la vida
el que la comprende así!

la vida es soplo de hielo
que va marchitando flores;
no la riegues con sudores
ni la labres con desvelo;

la vida no lo merece:
que esa ambición desmedida
es planta que no florece
en los huertos de la vida.

Necio es quien lucha y se afana
de su porvenir en pos:
gana hoy pan y deja a Dios
el cuidado de mañana.

Vida serena y sencilla,
yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla
que nos da flores aquí.


Conciencia tranquila y sana 
es el tesoro que quiero;
nada pido y nada espero
para el día de mañana.

Y así, si me da ese día
algo, aunque poco quizás,
siempre me parece más
de lo que yo le pedía.

Ni voy de la gloria en pos,
ni torpe ambición me afana,
y al nacer cada mañana
tan sólo le pido a Dios

casa limpia en que albergar,
pan tierno para comer,
un libro para leer
y un Cristo para rezar;

que el que se esfuerza y se agita
nada encuentra que le llene,
y el que menos necesita
tiene más que el que más tiene.

Quiero gozar cuanto pueda,
y, con acierto y medida,
gastar moneda a moneda
el tesoro de mi vida;

mas no quiero ser jamás
como el que amontona el oro
y no goza del tesoro
por acrecentarlo más.

Quiero gozar sin pasión,
esperar sin ansiedad,
sufrir con resignación,
morir con tranquilidad;

que, al llegar mi postrer día,
quiero pensar y decir:
"Viví como viviría
si ahora volviera a vivir.

Viví como un peregrino,
que, olvidando los dolores,
pasó cogiendo las flores
de los lados del camino;

cantando he dejado atrás
la vida que recorrí;
pedí poco y tuve más
de lo poco que pedí;

que si nadie me envidió
en el mundo necio y loco,
en ese mundo tampoco
he envidiado a nadie yo".

Tras los honores no voy;
la vida es una tirana,
que llena de honores hoy
al que deshonra mañana.

No quiero honores de nombres;
vivo sin ambicionar,
que ese es honor que los hombres
no me lo pueden quitar.

He resuelto despreciar
toda ambición desmedida
y no pedirle a la vida
lo que no me puede dar.

He resuelto no correr
tras un bien que no me calma;
llevo un tesoro en el alma
que no lo quiero perder,

y lo guardo porque espero
que he de morir confiado
en que se lo llevo entero
al Señor, que me lo ha dado

José María Pemán


Dedicado a mi hermana Gema.
Maestra de las cosas sencillas.