La verdad, llevaba días rondándome el deseo de escribir, pero a veces, por más que lo intentas...no encuentras las palabras y expresiones adecuadas...
Recuerdo un relato de Martín Descalzo sobre la Anunciación... que decía ante la experiencia del anuncio del ángel... no sabes si está dentro o fuera, lo describía como aroma, color, sabor...
Algo así me sucede a mí al tratar de describir mi vida como consagrada...
Algo también le sucedió a Jesús con el Reino... en tantos años de predicación jamás hizo una afirmación del Reino... sino aproximaciones... se parece a..., es como... Y nos habla de abrazo, encuentro, perdón, fiesta, celebración...
Veo que a medida que escribo, algo va surgiendo dentro...
Y es que ante todo mi vida consagrada, la experimento como regalo y don. Eso no quiere decir, y excluye la dificultad, la lucha, la exigencia...la búsqueda continua.
Intuyó después de años, que tiene más que ver:
Con VIDA, que con normas.
Con Celebración que con tristeza.
Con CONFIANZA, que con esfuerzo personal.
Con Amor recibido gratuitamente, que conquistado.
Con Compartir la vida, que con reservarla y protegerla.
Con PALABRA que con palabras.... o discursos.
Compartir mi vida enlazándola a otras, con personas, lugares...
Con Contemplar y admirar, agradecer, más que con "rezos".
Y ante todo... no es hacer... sino ser "reflejo" de la experiencia de JESÚS y su vida en mi vida. Jesús no vino a hacer, vino a salvar, a dignificar... a LIBERAR, a dar sentido...
Intuyo que mi vida va más por ahí, compartir con otros y entregando a otros el sentido de mi vida.
Otros seguramente "hagan" mucho más que los consagrados...
Creo que no es hacer... sino aprender a dejarse amar, para amar más y mejor sirviendo.
Saber que ya no "te perteneces".
Todo un camino, siempre aprendiendo.
