Este tiempo de adviento... marcado por el frío, la niebla... Hay que hacer un esfuerzo para descubrir el calor, la luz... Para reconocer el TIEMPO DE ESPERA Y ESPERANZA que se nos anuncia....
Es difícil, a veces, agarrarse a la fe cuando parece que alrededor todo es frío "siberiano"... San Ignacio nos recomienda que en "tiempo de tribulación, no hacer mudanza..." Es decir mantenernos en nuestras opciones, pese a las "aparentes dificultades", y seguir firmes en las decisiones tomadas... No tomar decisiones arriesgadas, posiblemente equivocadas...
Por eso en este tiempo hay que DESPERTAR todos los sentidos, internos y externos... estar atentas a los pequeños gestos que nos hablan de que Dios está presente... Dios viene.
... Dios vuelve a ser DIOS CON NOSOTROS, el Enmanuel.
Todo este análisis para nuevamente agradecer todo lo que recibo cada día como un regalo, cantidad de gestos y detalles, que se pasarían de largo si "Alguien no te dijera, en el silencio ESTOY CONTIGO..." Prov. 3,5-6; Heb 13, 5; Is. 41,10...
Gestos, palabras, cercanía... personalizadas en tantos nombres que en este último tiempo han llegado a mi vida, con rostro, con historia... con ganas de COMPARTIR, HACER CAMINO... posibilitar el ENCUENTRO...
Por cada una doy gracias... Dios que no es anónimo, ni le gusta el anonimato... "una ciudad de Galilea..., una joven llamada María, un joven llamado José... le pondrás por nombre Jesús..." Lc. 2,1-5
Gracias por las palabras de ánimo, el abrazo cálido, la pregunta de interés..., el provocar la risa en los momentos de seriedad, la cercanía, las conversaciones que ayudan a pensar, salir... a mirar por encima de las propias limitaciones, de los problemas... salir de los círculos concéntricos en que a veces nos encerramos...
Gracias a los que habéis llegado y estáis ahí... con nombres y rostros que Dios me sigue ofreciendo para reconocerle como REGALO, PRESENTE... a través de las personas que están en mi vida