Con este título voy a iniciar una serie de entradas, al igual que en otro momento inicié una de TESTIMONIOS.
En donde deje reflejado "lo que de verdad importa", esos aspectos de la vida que se nos regalan gratuitamente, y que sólo se descubren con los ojos abiertos, porque ya lo decía Exupery, en voz de El Principito "Lo esencial es invisible a los ojos".
En tiempo de turbación no hacer mudanza, dice Ignacio de Loyola, y un buen "hijo suyo" @jmolaizola, hace poco publicaba en twitter, en tiempo de mudanza no turbarse.
Pues algo así estoy viviendo yo, por gracia... En tiempo de "mudanza", de cambio, de búsqueda inquieta... no turbarme, no dejar que "el demonio enrede" (en términos de mi madre...).
En este tiempo privilegiado (La noche es tiempo de salvación decimos en la liturgia, gracias a Dios, no me encuentro en la noche, pero sí en tiempo de SALVACIÓN), de ir reconduciendo la vida, voy encontrando una vez más compañeras y compañeros de camino que el Señor, me pone al igual que envió "sus ángeles a Tobías y tantos otros para reconocerle en el camino".
Y en esta etapa de compromiso local con parroquias y con Cáritas, donde agradezco la acogida y "el sentirme en casa" ese fue el recibimiento que tuve al llegar, y es como me hacen sentir... reconocerme en una labor sencilla, sin brillo, con personas de a pie, de toda condición que me ensanchan y engrandecen en mi vida y horizontes.
En poco más de un mes que mi domicilio se ha trasladado a tierra de sol y luz y playa... Descubro nuevos paisajes naturales, bellísimos que me acercan al DIOS CREADOR....
En este nuveo contexto de mi vida surge un texto de nuestro hermano mayor Francisco, con el bello nombre de Laudato si. Evocando al Poverello, de Assis.
Una carta abierta a creyentes, y no creyentes, a cristianos, y no cristianos... a la humanidad entera haciendo eco del deterioro ecológico al que está sometida NUESTRA CASA, deterioro económico, social... de la CASA DE TODOS.
Y lo traigo como reflexión de un bello y profundo texto cargado de compromiso por el cuidado DE LA CREACIÓN.
Y desde aquí mi reflexión de CON LOS OJOS ABIERTOS...
En este nuevo paradigma que vivo de colaboración en diferentes organismos donde una vez más la que más recibe, soy yo... surge varios asombros en este tiempo de caminar junto a "los sencillos".
La primera sorpresa y regalo es ver el compromiso solidario, callado, silencioso de tantas personas voluntarias...
"Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños..
haciendo cosas pequeñas,
puede cambiar el mundo"
Decía Eduardo Galeano.
Pues mi primer agradecimiento va hacia esa persona mayor, que ya podría vivir tranquilamente sin complicación.. y una de sus implicaciones es preparar cada día el desayuno de los profesores, voluntarios de un organismo que imparte clases y talleres a personas más desfavorecidas. Sin su servicio atento, sencillo, alegre, callado... no daría tiempo, porque no hay espacio para ello.
Otro gesto de agradecimiento, reconocimiento y emoción en el corazón, me lo transmite una amiga, que trabaja en una residencia de ancianas....
En las tardes de los sábados comparte con ellas un tiempo dedicado a la oración, y espacio de encuentro y cuidado de la vida espiritual. Al hilo de la reciente encíclica de Papa, se le ocurrió comentarla para ver qué sentir tenían las mujeres....
Quedó sorprendida al comprobar como mujeres de 80 años están comprometidas desde lo pequeño, cotidiano y diario CON NUESTRA MADRE TIERRA, sin que nadie lo sepa... sin participar en grandes movilizaciones ECOLÓGICAS DE GREENPEACE, u otros organismos que pareciera sólo destinados al compromiso juvenil...
Me cuenta como le explican, que desde que se "enteraron que reciclar es importante". Separan los envases de los medicamentos.. cartón, plástico, papel... y lo acumulan en pequeñas bolsas, que ellas mismas (en ocasiones desde el quinto piso...), bajan al control de enfermeras situado en la planta baja.
Además después de leer el periódico, ya se encargan ellas de acumular tres o cuatro, y se van dando un paseo hasta el contenedor del final de la calle, porque ... ellas veían que sino acababan en el cubo de la basura...
Cómo no gozar y confiar en gestos, en expresiones, en vivencias pequeñas, sencillas cotidianas, que me hablan del Evangelio ENCARNADO en los pequeños... en lo sencillo.
(**)
En aquel tiempo, hablando Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los sencillos.
Pues nada, agradecer a Dios que me mantenga con LOS OJOS Y EL CORAZÓN ABIERTOS. Para descubrir, su paso ligero y leve en mi vida.
Sigo disfrutando de la lectura de Laudato si y viendo en el día a día el compromiso personal al que nos llama.
Aquí dejo el enlace de Laudato si:
(**)Irena Sendler o Sendlerowa (Otwock, Varsovia, 15 de febrero de 1910 - Varsovia, 12 de mayo de 2008), conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia», fue una enfermera y trabajadora social polaca católica, que durante la Segunda Guerra Mundialayudó y salvó a más de dos mil quinientos niños judíos prácticamente condenados a ser víctimas del Holocausto, arriesgando su propia vida. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque finalmente no resultó elegida. Sin embargo, fue reconocida como Justa entre las naciones y se le otorgó la más alta distinción civil de Polonia al ser nombrada dama de la Orden del Águila Blanca.