Una hermana de comunidad, me facilita este texto... llega en buen momento, me ayuda a reirme de mí misma, y a elevar la mirada por encima de la apariencia... No puedo mencionar de quién es porque ha sido una fotocopia, de modo que perdón por no citar la fuente....
Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos,
pues nunca acabarán de divertirse.
Bienaventurados los que saben distinguir
una montaña de un montículo,
porque ellos se verán libres de muchas preocupaciones.
Bienaventurados los que son capaces de descansar y dormir
sin buscar excusas: ellos serán sabios.
Bienaventurados los que saben callarse y escuchar:
ellos aprenderán cosas nuevas.
Bienaventurados los que son bastante inteligentes
para no tomarse en serio a sí mismos:
ellos serán apreciados de los que les rodean.
Bienaventurados los que están atentos a las llamadas de los otros,
sin creerse indispensables:
ellos serán sembradores de alegría.
Bienaventurados seréis si sabéis mirar seriamente las cosas
pequeñas y sosegadamente las cosas serias:
vosotros iréis lejos en la vida.
Bienaventurados seréis si sabéis admirar una sonrisa
y olvidar una mala cara:
vuestro camino estará lleno de sol.
Bienaventurados si sois capaces de interpretar siempre
con benevolencia las actitudes de los otros
aún cuando las apariencias sean contrarias;
vosotros pasareis por ingenuos,
pero la caridad es a ese precio.
Bienaventurados los que piensan antes de obrar
y los que oran antes de pensar:
ellos evitarán bastante tonterías.
Dichosos seréis si sabéis callaros y sonreír aun cuando
os corten las palabras, os contradigan y os pisen los pies:
entonces el Evangelio comienza a penetra en
vuestro corazón.