Elogio de la vida sencilla
(José María Pemán)
Vida inquieta, frenesí
de la ambición desmedida...
¡Qué mal comprende la vida
el que la comprende así!
la vida es soplo de hielo
que va marchitando flores;
no la riegues con sudores
ni la labres con desvelo;
la vida no lo merece:
que esa ambición desmedida
es planta que no florece
en los huertos de la vida.
Necio es quien lucha y se afana
de su porvenir en pos:
gana hoy pan y deja a Dios
el cuidado de mañana.
Vida serena y sencilla,
yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla
que nos da flores aquí.
Conciencia tranquila y sana
es el tesoro que quiero;
nada pido y nada espero
para el día de mañana.
Y así, si me da ese día
algo, aunque poco quizás,
siempre me parece más
de lo que yo le pedía.
Ni voy de la gloria en pos,
ni torpe ambición me afana,
y al nacer cada mañana
tan sólo le pido a Dios
casa limpia en que albergar,
pan tierno para comer,
un libro para leer
y un Cristo para rezar;
que el que se esfuerza y se agita
nada encuentra que le llene,
y el que menos necesita
tiene más que el que más tiene.
Quiero gozar cuanto pueda,
y, con acierto y medida,
gastar moneda a moneda
el tesoro de mi vida;
mas no quiero ser jamás
como el que amontona el oro
y no goza del tesoro
por acrecentarlo más.
Quiero gozar sin pasión,
esperar sin ansiedad,
sufrir con resignación,
morir con tranquilidad;
que, al llegar mi postrer día,
quiero pensar y decir:
"Viví como viviría
si ahora volviera a vivir.
Viví como un peregrino,
que, olvidando los dolores,
pasó cogiendo las flores
de los lados del camino;
cantando he dejado atrás
la vida que recorrí;
pedí poco y tuve más
de lo poco que pedí;
que si nadie me envidió
en el mundo necio y loco,
en ese mundo tampoco
he envidiado a nadie yo".
Tras los honores no voy;
la vida es una tirana,
que llena de honores hoy
al que deshonra mañana.
No quiero honores de nombres;
vivo sin ambicionar,
que ese es honor que los hombres
no me lo pueden quitar.
He resuelto despreciar
toda ambición desmedida
y no pedirle a la vida
lo que no me puede dar.
He resuelto no correr
tras un bien que no me calma;
llevo un tesoro en el alma
que no lo quiero perder,
y lo guardo porque espero
que he de morir confiado
en que se lo llevo entero
al Señor, que me lo ha dado.
José María Pemán
(1898-1981)
Entre en barullo y la prisa, se nos suele olvida la VIDA SENCILLA, que ya escribía y describía preciosamente Pemán...
En las últimas conversaciones que voy manteniendo, en lo que contemplo de mi vida, y de la vida de otros, en el ir y venir diario de la calle, el trabajo, el descanso o el ocio....
Surge la pregunta... ¡QUÉ ES LO QUE DE VERDAD IMPORTA!?
Y cada vez me convenzo más de que son pocas LAS CERTEZAS y demasiada LAS PREGUNTAS... Cada día soy más consciente de lo necesario de TENER UNA CALIDAD DE VIDA, no en el sentido de confort, y ¡"aquí me las den todas..!" Sino en la profundidad de la conciencia de lo bien hecho, lo bien aprovechado, el disfrute sencillo y pequeño, el valorar lo cotidiano, sencillo, discreto....
"lo que no cuenta" que tantas veces nos recuerda el Evangelio, "lo que se vive en lo oculto, callado...", donde sólo El Padre lo ve, admira, contempla, agradece...
A menudo me "quejo", me meto en la prisa, el desasosiego, el negativismo... cuando caigo "o me hacen caer en la cuenta", paro y reflexiono... ¿merece la pena ponerse así...? ¿enfadarse... disgustarse... perder la serenidad, el humor...? ( y no digamos la palabra o el sueño...!!).
Cuánto aprendo cada día de quiénes me rodean, me acompañan, comparten su vida, inquietudes, luchas, dificultades de la vida... ¡cuántas gracias doy a Dios por todo ello! y de vez en cuando como a Jonás... Dios me recuerda en un susurro:
Jonás 4
1. Jonás sintió un gran disgusto, se enfureció
2. y oró así a Yahvé: "¡Ay, Yahvé! Ya lo decía yo cuando estaba todavía en mi tierra y por eso me apresuré a huir a Tarsis: pues sabía que tú eres un Dios clemente, compasivo, paciente y generoso, que se arrepiente del castigo.
3. Así que, Yahvé, quítame la vida, pues prefiero morirme a estar vivo."
4. Pero Yahvé le dijo: "¿Te parece bien enfurecerte así?"
5. Jonás salió de la ciudad y se instaló al oriente; allí se hizo una choza y se sentó a su sombra, para ver qué sucedía en la ciudad.
6. Entonces Yahvé hizo crecer una planta de ricino por encima de la cabeza de Jonás para darle sombra y librarlo así de su malestar. Jonás se puso muy contento con aquel ricino.
7. Pero al día siguiente, al rayar el alba, Yahvé envió un gusano, que dañó al ricino y éste se secó.
8. Al salir el sol, Dios mandó un sofocante viento solano. El sol atacó a la cabeza de Jonás, que empezó a desfallecer y se deseó la muerte, diciendo: "¡Prefiero morirme a estar vivo!"
9. Entonces Dios dijo a Jonás: "¿Te parece bien enfurecerte por el ricino?" Respondió: "¡Sí, me parece bien enfurecerme hasta la muerte!"
10. Y Yahvé replicó: "Tu te compadeces de un ricino que no te ha costado hacer crecer, que al cabo de una noche apareció y al cabo de otra pereció.
11. ¿Y no voy yo a compadecerme de Nínive, la metrópoli, donde viven más de ciento veinte mil personas que no distinguen el bien del mal, y una gran cantidad de animales?"
Y desde ahí nuevamente dejo que la vida, las situaciones, la ESCUCHA DE LA VIDA DE LOS OTROS, me "despierte" me "descoloque" y me lleve a lo verdaderamente importante, rebajando mi nivel de "ansiedad", "enfado", "frustración...".
A veces las cosas no "salen como yo quiero" casi diría la mayoría de las ocasiones, por eso es importante CONOCERME y seguir CONOCIÉNDOME..(el conocimiento propio que decía san ignacio)....
Es el único modo de dar valor, reconocer y agradecer AQUELLO QUE SOY y TENGO, y ponerlo a disposición de los demás....
Valorar las cosas, la situaciones, las personas, los acontecimientos, la relaciones... en su justa medida...
Otra gran enseñanza de Ignacio... "el tanto cuanto".
Pues lo dicho... retomar la VIDA SENCILLA. Apreciando, valorando, reconociendo y agradeciendo todo lo recibido como don, para ofrecerlo en gratuidad y servicio.
y entre todo esto un "guiño" a mi hermana,
siempre aparecen en el tramo del camino.