16 febrero 2015

HABITAR LA PROPIA CASA...

A diario convivo con muchos jóvenes y adolescentes desde la labor educativa del colegio.

También por todos los servicios que ofrecemos desde nuestra casa, a menudo me encuentro con muchas realidades que golpean mi corazón, que me hacen parar a reflexionar y pedir por la vida de cuantos llegan a mi vida.

Además tengo la suerte, y doy continuas gracias por ello, de poder acompañar la vida de alguna joven que se acerca a mi vida, buscando "orientación", escucha, desahogo..., sentido.

Es un privilegio poder acercarme, acoger la vida de tantas personas y desde ahí una vez más como Moisés ante la zarza, surge el misterio, el asombro y el reconocimiento de la presencia de Dios en mi vida, y en sus vidas, aunque a veces, sea difícil descubrirlo. 

Este fin de semana que ha sido intenso, después de unas semanas de algo más de trabajo en la escuela...., sentía mi corazón lleno de vida, de ilusión, a la vez que noto mi cuerpo cansado. Una cosa no quita la otra....

Hoy aún saboreando en mi interior el gozo de recibir tantas vidas y experiencias, y tantas llamadas que surgen desde la PALABRA, o la vida...

Me brotaba esta oración

El que está solo, busca la compañía.
El que está acompañado, cuántas veces desea "la soledad del claustro".

El que habla. Busca el silencio, la paz, el sosiego...
El que se mantiene en silencio y soledad, necesita la palabra y la escucha...

Señor...Tú que conoces el corazón de cada uno de tus hijos.
Danos la capacidad de habitar nuestra propia casa...

Sí Señor, habitarnos... pero CONTIGO.


Buen programa para la CUARESMA, habitar la propia CASA CON DIOS.