En este tiempo de Adviento, donde se nos invita a la espera gozosa, al igual que María... cada día podemos vivirlo desde dos opciones fundamentales que debemos elegir...
dejarnos llevar y arrastrar por la rutina de lo cotidiano,
lo ya sabido, lo "de siempre"... o podemos disponer nuestro corazón a que sea el ESPÍRITU quien lo guíe, y así reconduzca nuestra vida.
Nos dejemos llevar por El y como María estar dispuestas
a la acogida y al servivio desde la alegría
de comunicar a los otros que algo está cambiando
porque ALGUIEN está por venir.

María de la visitación nos enseña actitudes fundamentales para nuestra vida personal y vida comunitaria...desde dentro, desde la fe, la confianza, el riesgo... María nos invita a adentrarnos en el camino que nos lleva a escalar la montaña,
pero nos ofrece que vivamos desde el gozo y la alegría,
desde la búsqueda y la necesidad del ENCUENTRO
para poder compartir la Buena Noticia...

Pedimos al Espíritu que cambie nuestro corazón y desde ahí, nuestras actitudes acomodadas, nuestras rutinas, perezas, nuestra mediocridad.. que sea Èl quien nos disponga para vivir la Vida Nueva de la espera, de la fe, de la novedad que supone cada día buscar y encontrar a Dios en la rutina y lo cotidiano del día a día.

María nos enseña.... ( Lc. 1, 39-45)

María se fue con prontitud... Actitud de corazón más que de movilidad..., es caer en la cuenta de...
María se fue a servir... Escucha, percibe, siente dentro la necesidad del otro..., el amor brota desde unas necesidades que se perciben, aunque no se expresen...
María comunica...Es la prisa por el anuncio, no por la eficacia... la necesidad del ENCUENTRO, para compartir lo que lleva dentro, que genera vida, esperanza, anuncio de la BUENA NOTICIA
María es la acogida del Misterio del Amor... La acogida es la manifestación del amor.. por eso es necesario vaciarse de sí, para hacer espacio a que otro viva en mí, es preciso salir de uno mismo.

Le pedimos al Señor , que nos dejemos vaciar de todo lo que nos impide escuchar hoy la voz de Dios, que haga hueco en nosotras para recibir al que llega... y que nuestra comunicación sea el anuncio que haga que el hermano sea capaz de transmitir aquello que lleva dentro, que es lo mejor de sí... Jesús.