Cómo quieres ser mi amiga
Si por ti daría la vida,
Si confundo tu sonrisa,
Por camelo si me miras.
Razón y piel, difícil mezcla,
Agua y sed, serio problema.
Si por ti daría la vida,
Si confundo tu sonrisa,
Por camelo si me miras.
Razón y piel, difícil mezcla,
Agua y sed, serio problema.
Cómo quieres ser mi amiga
Si por ti me perdería
Si confundo tus caricias
Por camelo si me mimas.
Pasión y ley, difícil mezcla,
Agua y sed, serio problema...
Cuando uno tiene sed
Pero el agua no está cerca,
cuando uno quiere beber
Pero el agua no está cerca.
Qué hacer, tú lo sabes
Conservar la distancia,
Renunciar a lo natural,
Y dejar que el agua corra.
Cómo quieres ser mi amiga
Cuando esta carta recibas,
Un mensaje hay entre líneas,
Cómo quieres ser mi amiga
(Jarabe de Palo)
Jesús rompió con la estructura social
y se acerco a la mujer,
valorando su persona
y su dignidad.
La colocó al mismo nivel
que el hombre.
RECONOCIÓ SU PERSONA,
SU SER HIJA DE DIOS
(Jn 8,1-12)
1]Mas Jesús se fue al monte de los Olivos. [2]Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. [3]Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio [4]y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. [5]Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?» [6]Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. [7]Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.» [8]E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. [9]Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. [10]Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?» [11]Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.» [12]Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»
Jesús se coloca a la misma altura que la mujer,
toma su misma posición,
se coloca por debajo de los que le acusan.
Jesús se pone al nivel
de los pobres y sencillos.
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