la audacia de Débora
y la valentía de Ester y de Judit.
Que nos colme de alegría como a Ana
y de lealtad y de amor fiel como a Rut.
Que podamos cantar y danzar junto al mar
y que con María de Nazaret
proclamemos la grandeza del Señor.
en el triunfo de los hambientos y humildes.
Que lleguemos a encontrarnos con JESÚS,
el Señor, como lo encontraron
María Magdalena y Marta
y todas aquellas a las que él devolvió
la dignidad y la libertad.
Y que como aquella mujer encorvada
a la que Él se acercó y enderezó
podamos vivir erguidas,
y ayudar a enderezar a otros y otras.
estamos llamadas a acoger en nuestras vidas
al Dios que viene
y a proclamar, hasta los confines del mundo,
su amor liberador que se ha hecho cercano.
Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
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