Levanto
mis ojos
a los montes:
¿de dónde
me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme;no duerme ni reposa el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha;de día el sol no te hará daño,ni la luna de noche.
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme;no duerme ni reposa el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha;de día el sol no te hará daño,ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.
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