un caminante iba un día por el bosque,
cuando de pronto se desorientó....
y cayó por un precipicio...,
gracias a Dios, "sin hacerse ningún rasguño."
Con tan buena "suerte" de poder agarrarse a una rama,
que allí "había brotado".
De pronto, comenzó a gritar:
¿Hay alguien ahí...?
El silencio fue la respuesta...
Pero él, volvió a insistir... ¿Hay alguien ahí...?
De pronto se rasgó el cielo y se escuchó una voz que decía....
-¡Si hijo, estoy YO....! suéltate...
y mis ángeles te recogerán,
antes de que tu pie tropiece con la piedra....
A lo que el montañero respondió:
-¡Vale, muy bien... pero....¿HAY ALGUIEN MÁS....?
(El Señor, contínuamente, nos está invitando a soltarnos de la rama de nuestras seguridades...)
Buen proyecto para el Adviento... ¿no te parece...? ¡seguir confiando en que ALGUIEN llega a nuestra vida! (si le dejamos....)
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