Es necesario, esperar el tiempo necesario, cuesta... no es fácil... y además es preciso, bajar el volumen de las voces que confunden, dispersan y distraen... para poder escuchar otra voces....
La voz que nos saca y nos rescata del anonimato, la voz que nos reconoce como a María en el huerto y escuchamos nuevamente nuestro nombre... la voz que nos llama: hija, mujer, amiga, amada... la voz que nos vuelve a invitar a la VIDA, a la danza...
Todo eso confluye en el interior... solo en el interior escuchamos su voz, y por eso es principal volver al centro... Al Principio y Fundamento, diría S. Ignacio...
Entrar en la cueva del corazón y bajar sin miedo a las profundidades de la vida, de mi vida... sabiéndome habitada, acompañada...
Y descubrir en el interior el DIOS QUE NOS HABITA, aún sin darnos cuenta de ello en alguna ocasión...
Espero que este ejercicio con los mandalas, te ayude a volver al Centro... (si fuera necesario...).
Y recuerda las palabras de Jesús... Cuando vayas a orar... "Entra en lo secreto, y tu Padre, que está en lo secreto te escuchará..." (Mt 6,1,6)
No hay comentarios :
Publicar un comentario