DESCUBRIRTE
EN EL TREN…
Hace unos días compartiendo
anécdotas en comunidad, una hermana contó con mucha sencillez y humor que un
día viajaban en tren de Zaragoza a Madrid, y en un momento del recorrido el
tren, se paró… y estuvieron tres horas paradas… el viaje era de noche…
Ya
era tarde y ellas, que llevaban la cena preparada (para “no dar quehacer”… a la
comunidad donde iban), se pusieron a compartir la cena entre los que tenían más
cerca… a lo que los demás se fueron sumando.
La gente comenzó a ir a la cafetería y se fue llenando poco a poco, también ellas, en un momento fueron a tomar algo… y cuando llegaron estaba totalmente llena, pero una azafata desde dentro las vio y gritó…
Y a mí enseguida me surge decir….:
Seguro que
aquel viaje fue más feliz y hubo más entusiasmo y alegría que cuando cada uno
pagó “religiosamente” su consumición…
…Alegraos y
regocijaos porque ESTÁ CERCA EL REINO DE LOS CIELOS...
Feliz
Adviento… que tengamos los ojos abiertos, para reconocer la presencia sanadora,
esperanzada que nos recuerda preciosamente Isaías….
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