*Hablar en confianza con una hermana, recibir un abrazo. ¡Y sentirte viva!
*Renovar una amistad.
*Recibir una llamada...¡desde tan lejos...! y sonreir.
*Escuchar la risa de un niño.
*Esa persona que después de años, aparece y te recuerda, lo importante que eres en su vida.
*Escuchar en el silencio de la oración como Dios te susurra: Te quiero, desde los ojos de un recién nacido.
Rincón para el ENCUENTRO, a través de la escritura, la reflexión y el Evangelio. (Jn.21,25)
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