Bendices mi frente con óleo,
apoyas delicadamente tu mano
en mi pecho,
sobre mi corazón.
Recibo el abrazo y el beso.
Me levantas,
me pones en pie.
Me acoges y animas.
ESO ES RESURRECCIÓN.
¡Gracias!
Rincón para el ENCUENTRO, a través de la escritura, la reflexión y el Evangelio. (Jn.21,25)
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