19 septiembre 2008

Me estremezco por dentro
cuando siento tu presencia



cuando mirándome a los ojos

me dices que de tu agua beba.


Y me olvido del cántaro

y de la vida que antes era,

y me siento junto al pozo

para que mi vida me leas.


Tu mirada alza mis ojos,


y con los tuyos se encuentran,

sin reproche, sin pena, sin queja,

me levantas con tu mirada,

del suelo donde estaba yerta.


Tus gestos se hacen Palabra

para quien busca entenderlos

en la noche de la Cena,

te arrodillas ante ellos.



Tu cuerpo nos entregas,

tu vida se hace misterio...

en el gesto tan sencillo
de quien por AMOR se hace siervo.


Me seduce tu Palabra,

tu mirada, tu afecto...

me haces comprender

lo que es la vida,

cuando vuelvo del desierto.
Me invitas nuevamente

a descalzarme,

a estar con el corazón abierto...
me enseñas un sendero ancho,

bajo un cielo nuevo...


Y me pides que lo siga


sin temor, pero con riesgo....


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