12 febrero 2009

Haz que sepa adivinar entre las sombras la luz,

que nunca me ciegue el mal ni olvide que existes Tú.

Que, cuando llegue el dolor,que yo sé que llegará,


no se me enturbie el amor, ni se me nuble la paz.

1 comentario :

Anónimo dijo...

!qué difícil!
Cuando llega el dolor,
cuando te encuentras con la inmensidad de una montaña imposible de subir,
cuando el camino se oscurece y cada vez es más negro, cada vez ves menos claro lo cotidiano, lo evidente..., cuando caes...
!qué suerte!
encontrar un pasamontañas marrón, ese que te permite pasar protegida por el frío y la oscuridad de la montaña, que te hace confundir con los enormes troncos del bosque que son los que te sostienen, los que no te dejan caer. Y caminas, vas paso a paso subiendo por el arduo camino, es largo y , a veces,subes rápido y crees que llegarás arriba. Otas veces, te agarras fuerte a tu pasamontañas marron y sigues despacito, como quien se apoya en un bastón.
!qué suerte!
encontrar una vela rosa, que te ilumina en la oscuridad y aún cuando no está encendida su dulce color te acompaña en la penumbra.
!qué suerte!
que no se me enturbia el amor, ni se me nubla la paz.