25 septiembre 2015

MIRAR CON EL CORAZÓN

Me cuentan una bella, preciosa historia, a la vez que dura y sobrecogedora.

Mañana en un municipio madrileño. El día comienza a amanecer, es pronto las siete de la mañana, los trabajadores y trabajadoras se agolpan en la cola del autobús interurbano, que les lleve como cada mañana a su trabajo en el centro de Madrid.

Siempre me ha gustado observar a la gente a cualquier hora del día, sobre todo en las parada de tren, autobús... y decir sin ningún rubor, que rezo por ellos: por el conductor, por la autobusera... que nos lleva a cada uno a nuestro trabajo...

En esta sociedad-engranaje, donde el trabajo bien realizado de uno es parte del trabajo bien realizado del otro... pues sí, me gusta observar y pedir por cada "compañero y compañera de viaje" matutino;"inventar o recrear" la posible historia que hay detrás de cada rostro y gesto matutino.

Descubro fácilmente trabajadoras del hogar, habitualmente latinoamericanas; sin su tarea callada, oculta, sencilla, "sin brillo" se podría decir. Muchas de nosotras no podríamos cumplir con nuestras obligaciones.... Gracias por cada una de ellas, y su trabajo sencillo, cotidiano, casero, hogareño, lejos de su hogar ¡en tantas ocasiones!.

Veo rostros curtidos y vidas cansadas de obreros de la construcción, trabajadores de oficios artesanos... Les delata sus uniformes: el mono azul, la camisa con la propagada de tal o cual casa de pinturas, albañiles...., y me brota "Que si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles..."; "hora de la tarde fin de la labores, amo de la viña , paga los trabajos de tus viñadores..."

Y entre tantos rostros, conocidos, familiares... repetitivos cada mañana, descubro un rostro nuevo, que me resulta difícil contemplar sin acercarme.

Es una chica joven, que porta una inmensa maleta, que apenas puede arrastrar, lleva una mochila a la espalda, pero parece que no es el peso de la mochila, lo que carga...

Está llorando, la veo con mucho dolor y sufrimiento...., me sobrecoge.

Me paro y observo con silencio contemplativo, pido por ella en mi interior.

La gente comienza a subir tras el silbido de las puertas que se abren del autobús para "engullir" un día más a sus ocupantes, casi autómatas a esas horas tempranas del día.

Sigo observando a la joven, que no deja de llorar, tratando de empujar su pesada maleta.

Me acerco a ella, aunque no la conozco de nada, y le ofrezco mi ayuda para subir la maleta o colocarla en el maletero si nos permite el conductor.

Entre sollozos me dice gracias.

Subimos al autobús, el trayecto comienza como cada mañana viendo los tonos azulvioleta del cielo que empieza a levantar el día sobre Madrid, el trayecto es bonito, contemplo como cada mañana el campo en la provincia de Madrid, es un paisaje, que aún me traslada a otras épocas e historias y hace que nos olvidemos de la gran Urbe y su frenético ritmo...

La silueta de Madrid, en sombras aparece ante mi vista... y es inevitable sonreír..., soy tan urbanita y tan madrileña, que esa silueta en el horizonte me emociona... Madrid!!! casi surge la letra del chotis...
Madrí, Madrí, Madrí.... qué tendrá esta ciudad, que enamora y "mata" a la vez, (como nos recordaba el eslogan tan conocido en los ochenta..).

Sigo contemplando el campo, el cielo... Este es uno de los momentos más sosegados y tranquilos de mi jornada, donde me gusta recrearme en el silencio de la naturaleza, la belleza, los colores... y dejarme llenar DE ESA VIDA... que late. y me llena por dentro.

Pero hoy, no puedo dejar de mirar con disimulo a la joven que subió en mi misma parada, y que sigue llorando....

Nos acercamos a Príncipe Pío, y veo que ella también baja... Nuevamente le ofrezco mi ayuda, que de nuevo agradece.

Bajamos al andén de la estación y la veo muy despistada y nerviosa, sin más..., se abraza a mí, y llora con ganas. Con fuerza.

Y me pide disculpas a la vez que me narra su historia, una historia de amor, desgarradora.
Hace unos meses dejó su ciudad natal tras los pasos de su chico, después de años de relación, pero ayer, él le invitó a desaparecer de su vida, y la mandó a la calle con todo... 

Se abraza a mí con fuerza, y me dice no sé manejarme en Madrid.

Le comento que esa misma mañana comienzo un curso y que ya voy con algo de prisa, que no puedo pararme más, le indico qué debe hacer para llegar a Atocha, pero sus nervios no le permiten.

Sin dudarlo le cojo de la mano arrastramos la maleta y llegamos a la parada de taxi, me sitúo y busco, me acerco a un chaval majete, y le digo: "mira mi amiga está apurada, por favor yo no puedo acompañarla, te aseguras de llevarle a Atocha y la dejas en el andén...", el chico me mira alucinado, pero asiente, ve la situación...

Me acerco nuevamente a la joven y le digo, no tengas miedo, te va a acompañar, y todo va a salir bien... Me abraza nuevamente, y entre lágrima me pide el número de móvil, para comunicarse conmigo, en cuanto llegue a su ciudad. Nos abrazamos como grandes amigas, le doy un beso y me seco las lágrimas.

El taxi se abre paso por el Paseo de la Florida y desaparece de mi vista...

Yo aún emocionada, emprendo mi camino con el corazón acelerado y emocionado por lo que acabo de ver y escuchar...Mi silencio y oración, le acompañarán hasta Sevilla.

Difícilmente hoy podré quitar a L. de mi pensamiento....

El día a transcurrido, como siempre en su ritmo trepidante, en miles de asuntos, relaciones, encuentros, gestiones, papeleos....

Por fín, llego nuevamente ya a las nueve de la noche a la calma del hogar, a la rutina: preparar cenas, ducha, organizar comidas de mañana, agenda de mañana...

La noche da paso al encuentro calmado familiar donde una se reconstruye en la calidez del hogar, el diálogo, el abrazo, el beso, la caricia, el guiño, la risa.... 

De pronto el móvil vibra sobre la mesa, la luz parpadeante me avisa que tengo un "guasap". Lo leo. 

"Gracias por tu atención y tu cariño, tu apoyo en la mañana de hoy... Encontrarte fue un regalo. Aún quedan personas que ennoblecen a la humanidad", si vienes por el sur, mi casa siempre estará abierta para tí, L. Un beso."

Respiro, me emociono, se me escapa una lágrima...

Y mi hija, me hace reaccionar tarareando: ¡¡¡ POR QUE LAS HADAS EXISTEN... !!! de Rozalen.









19 septiembre 2015

#iMisión EVANGELIZAR EN LA RED

Excelente conferencia de @smdani. Daniel  Pajuelo, sacerdote marianista, ingeniero informático, fundador de #iMisión.

Si quieres conocer algo más de la MISIÓN EVANGELIZADORA EN LA RED.




15 septiembre 2015

EN CAMINO...(REINVENTARSE)

Hay una edad en la que parece que los cambios se imponen.
Una edad biológica en la que el crecimiento nos ha desbordado y nos ha ido configurando físicamente en la persona que somos actualmente.
Pero cuando una ya está "entrada en años", la biología abre paso a la búsqueda de la madurez, donde una busca ya estar a gusto consigo misma y dedicarse a lo que da verdadero sentido y le hace feliz.
De ahí que a los "40" en mi caso ya pasados, se hable de la "típica crisis"; no me siento en crisis sino en búsqueda, siempre he sido una buscadora empedernida.
Y ahora, a mi edad, constato una vez más que sé bien lo que quiero (aunque sea difícil conseguirlo...), pero sé mucho mejor LO QUE NO QUIERO.
Por eso a esta edad, sintiéndome joven aún, y con experiencia acumulada en mi vida. En el trabajo, las relaciones, las amistades, las experiencias...
Me niego en rotundo a cerrar puertas o ventanas... me abro a la curiosidad, al brillo, a la luz que se percibe en este tramo de camino. Donde compruebo como en poco tiempo mi agenda telefónica se ha ampliado y ha variado con respecto a unos años.
Cada día busco: la razón, un por qué , un para qué... y en mi caso ayudada por la fe, camino y sigo adelante, buscando razones por las que agradecer CADA DÍA LA ETAPA DEL CAMINO y las personas que lo recorren conmigo.
(...)
La imagen que acompaño es muy sugerente. Es una foto que realicé en Madrid, en mi último tramo por mi Ciudad, antes de ir al sur.
Un espejo, tirado en la calle... Devolviendo el "camino" , "el paso", "la imagen" a cuántos nos encontrábamos con él...
En ese momento esa imagen para mí fue un parábola del nuevo cambio que en mí se estaba dando.
RECONOCER EN EL ESPEJO, mi NUEVA PERSONA.


13 septiembre 2015

PARÁBOLAS PARA EL INICIO DE CURSO





PARÁBOLAS DEL CLAUSTRO DE PROFESORES…


              ¿Qué os parece? Si un profesor tiene 25 alumnos en el aula y uno de ellos se el extravía (empieza a “hacer novillos”, a no estudiar, a dar guerra, a contestar de malos modos…), ¿no alargará el profesor su horario para, sin desatender a los otros 24, sacar tiempo para ir en busca del extraviado? Y si le encuentra –y es capaz de motivarle, de ayudarle, de volver a ilusionarle…-, os aseguro que se alegrará por él, mucho más que por los otros 24 que seguían el ritmo normal de la clase. (De Mt. 18,12-14)










UN AÑO Y EL SIGUIENTE….

            ¿Qué os parece? Un profesor de Secundaria, marcado por la experiencia y por las canas, desesperado por la nula actitud que muestran sus alumnos hacia su materia, va a hablar con el director.

            ¿Qué debo hacer? Llevo dos meses estancado en la misma lección y el temario es muy largo...
            ¿No cree que debo avanzar, y al menos, si alguno quiere seguirme pueda hacerlo…?
            -No, pienso que no- le responde el director.
-Entonces –le explica el profesor- ,¿cuántas oportunidades más tengo que dar a estos muchachos…? ¿Un mes…más?
            -No te digo un mes más, sino todo el curso y el que viene si fuera necesario…. (De Mt 18,21-22)


COMENZAR POR LOS ÚLTIMOS

            Cuando el director entró en la sala de profesores les preguntó:

            -¿Qué son estos gritos? ¿Qué estabais discutiendo?
            Más los profesores callaban porque habían estado discutiendo, lista de notas en mano, sobre quién de ellos tenía en sus clases los muchachos más listos, con mejores actitudes, con más sobresalientes… El director les invitó a que se acercaran a la ventan que daba al patio y, allí, les fue señalando los alumnos que más problemas les ocasionaban (absentismo escolar, exámenes en blanco, expulsiones de clase, pasotismo de los padres…) A continuación les dijo:

            -El que quiera pavonearse de sus alumnos, tendrá que empezar por los últimos, por los que no cuentan ni para vosotros, ni para la sociedad… y, si sois capaces de “hurgarles” en su corazón y sacar todo lo mejor que llevan dentro, entonces sí, entonces podréis orgulleceros y “fardar” ante los demás.” ( de Mc.9,33-35)

            

LOS MÁS DIFÍCILES…

            Yo os digo a vosotros que me escucháis: Amad a todos vuestros alumnos, mas amad de un modo especial a aquellos de vuestros chicos y chicas que son más difíciles: a los que no dan un palo al agua, a los que veis más por el parque del barrio que por la clase, a los que os contestan de malas maneras y, alguna vez os han levantado la mano… Pues si amáis, únicamente a los alumnos que sacan buenas notas, que no os dan problemas y que os agradecen todo lo que estáis haciendo por ellos… ¿qué mérito tendréis…? También lo hacen sus padres sus amigos, y la sociedad en general.
Así que vosotros “desgataos” con “los peores”, con los que no cuentan para nadie sembrad en ellos la semilla del amor, de la esperanza, de la ilusión… sin esperar recoger sus frutos … Os digo que será grande vuestra recompensa…(De Lc 6,27-35)


                                                                                                                         Jose M. Escudero

12 septiembre 2015

ORDENANDO RECUERDOS









Me pide una amiga, que escriba algo acerca una historia que me narra con emoción, y que me eriza el vello una vez más, acelera mi corazón y hace que asomen las lágrimas.

Ella es enfermera vocacional (dato importante...)Pues le va la vida en su profesión, en su buen hacer, desde un compromiso cristiano con la última etapa de la vida


Hoy me contaba la experiencia con M. paciente, que ha sido diagnosticada de Alzheimer, y que es consciente de su enfermedad, del comienzo de su deterioro y posterior evolución, hacia el olvido.

Me dice que recién llegó de realizarse unas pruebas, y escuchar su diagnóstico. Le acompañó a la habitación, y transcurrido un tiempo, empezó a organizar fotos, notas, ropa...Poco a poco fue anotando... Nombre de mis sobrinos, quién es, qué hace, fechas almacenadas en la memoria, el corazón, la vida...

La ropa que le gusta ponerse, el Día del Señor, con el pañuelo a juego, lo anota para que la enfermera sepa cuándo debe ponérselo.

Va envolviendo en papel y en bolsas, recuerdos de una vida, que dentro de poco quizá no recuerde.












Anota en papeles diminutos, pequeños retazos de vida, nombres, fechas, rostros en fotos colocadas en el espejo del cuarto...




Le dice a mi amiga, así al menos si leo lo que pone quizá recuerde algo.

Mi amiga, emocionada respira, traga saliva para aligerar el nudo de la garganta, le abraza, le besa, y le pide permiso para retirarse de la habitación, dejándola con su tarea de "organizar los recuerdos de una vida, para poder mantener el corazón ardiendo".

Sale de la habitación y las lágrimas le resbalan por la cara.

Eleva una oración.

Y yo al escucharla me uno, pido por M. y por cada enfermera que realiza su labor un profundo sentido de ACOMPAÑAR Y CUIDAR LA VIDA HASTA EL FINAL.

Pregunta personal...


Evangelio:  San Marcos 8, 27-35.

 "En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, pregunto a sus discípulos: - «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos le contestaron: - «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.» Él les pregunto: - «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro le contesto: - «Tú eres el Mesías.» El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: - «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: - «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamo a la gente y a sus discípulos, y les dijo: - «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvara.»"


«¿Quién dice la gente que soy yo?» - En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus díscípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.» Él les prohibió terminantemente decirselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad. Entoces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!» Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.» - Fotolog 


¿Quién dice la gente que soy yo?

Les pregunta Jesús, a sus discípulos.
También nosotros, en ocasiones, tenemos que presentarnos ante los demás...

Y muchas veces, buscamos el reconocimiento, el honor, el nombre -el buen nombre!!-, el prestigio, la fama, "ser apadrinados por..", tener títulos, tener cargo, ser amiga de...

Pero Jesús nos pregunta hondamente ¿quién es Él para nosotros, para tí y para mí, para cada uno? Y desde ahí, me puedo responder QUIEN SOY YO PARA ÉL Y QUIÉN ES ÉL PARA MI, y desde ahí cómo se encauza mi vida.

Mis relaciones, mis motivaciones, mis acciones...

Quién soy yo ante Jesús, este Jesús: Cristo. Que se entrega por mi.

S. Ignacio en sus ejercicios, nos plantea tres preguntas serias:

¿qué he hecho?
¿qué hago?
¿y qué tengo que hacer por Cristo?


Y también nos ofrece un camino desde la HUMILDAD.

1.La obediencia: “en todo obedezca a la ley de Dios”.  No minusvalora San Ignacio la ley de Dios: “esto lo hago porque está mandado”.  La fidelidad a la ley marca, también, un nivel de correspondencia desde el amor.  Con todo, te invita a no quedarte “ahí”.  Hay motivaciones, niveles de amor de mayor calado.  Ahí es donde te quiere llevar Ignacio.

2.  La indiferencia: “me hallo en tal punto que no quiero, ni me afecto más a tener… siendo igual servicio de Dios”.  La indiferencia, ya apuntada en el Principio y Fundamento(que ya no desee mas la salud que la enfermedad, la riqueza que pobreza, etc), es otro nivel más profundo de respuesta desde el amor al Señor.  Este nivel es imprescindible para entrar en elecciones.  La indiferencia te habla de libertad, y si no eres libre, no puedes elegir.  “El esclavo no puede elegir, sólo el libre elige”.

3. El Magis, “lo que más conduce” dice San Ignacio: “siendo igual alabanza y gloria de la divina majestad, por imitar y parecer más actualmente a Cristo, quiero y elijo más pobreza con Cristo pobre…”   Es el llamado “magis ignaciano”, también apuntado desde el Principio y Fundamento.  San Ignacio la llama “humildad perfectísima”. La motivación es clara: “por imitar y parecer más actualmente a Cristo”.  Si sólo el libre puede elegir, en este nivel elige aquellas opciones que le llevan a imitar y parecer más a Cristo.  Es el lenguaje del enamorado, del seducido, del que movido por el amor apasionado se “dispara desde la generosidad”: con él y como él pasando por donde haya que pasar.


San Ignacio, “antes de entrar en elecciones” , propone al ejercitante estas consideraciones sobre la humildad.  Ratos de reflexión reposada y entreverada de   análisis del Telón de fondo para no errar en la elección, para elegir de verdad, para elegir bien, para elegir como Jesús.  Todo va encaminado a abrazar de corazón la verdadera doctrina de Cristo”, es decir, su “vida verdadera”, su “sagrada doctrina”, propuesta a los que se alisten bajo su bandera, una doctrina concretada en la pobreza y humildad.